Ruíz Mantilla falsifica a su manera el reportaje televisivo sobre Snowden

En las páginas de cultura de “El País”, el escritor Jesús Ruíz Mantilla comenta el reportaje de ayer sobre Snowden en la La Secta con el título “Snowden escondido”.

Ruíz Mantilla nos debe tomar por idiotas. ¿No se ha dado cuenta de que algunos de sus escasos lectores vieron la entrevista? En fin, no hay sorpresas: lo que comenta no tiene nada que ver con la realidad.

Empecemos por el principio, o sea, por el título: Snowden no es conocido mundialmente por estar “escondido”, como escribe Ruíz Mantilla, sino por estar “refugiado”, que es lo que el título oculta. El motivo es simple: en su país de origen, Estados Unidos, es objeto de una persecución por motivos políticos.

Por lo mismo, es ridículo decir que Ana Pastor le “pilló” a Snowden en Moscú, como si le hubiera sorprendido saliendo del metro.

Como es típico, Ruíz Mantilla no quiere asociar a Estados Unidos con las persecuciones políticas, seguramente porque lo considera como un país “libre”, o mejor dicho, como el prototipo de todos los países “libres” habidos y por haber.

¿Por qué persiguen a Snowden? Por denunciar públicamente que Estados Unidos está llevando a cabo un sistemático control de las comunicaciones de todo el mundo, lo cual contraviene las normas internas e internacionales.

Si además de refugiarse tiene que esconderse es por razones obvias: Estados Unidos le quiere asesinar, como reconoce el propio James Woolsey, exdirector de la CIA, quien ha manifestado que lo quiere ver “ahorcado”.

Ya ven. Hay otros a los que nos gustaría todo lo contrario: ver ahorcado a James Woolsey.

Sin embargo, el ahorcacamiento de Snowden no agota el asunto. Si le condenan en su país, también irá a parar al corredor de la muerte. No tiene escapatoria. Más le vale esconderse bien porque, desde los tiempos del “salvaje oeste”, en Estados Unidos abundan los pistoleros y los tiroteos.

Sigamos: Snowden no es un traidor, como escribe Ruíz Mantilla. Lo que quedó claro en la entrevista -por enésima vez- es que quien ha traicionado todos y cada uno de sus principios políticos y constitucionales es el gobierno de Estados Unidos.

Es más: quien defiende esos viejos y arrumbados principios es Snowden. Él es el único leal a su país, que es su gente, no su gobierno.

Ruíz Mantilla miente cuando dice que Snowden ha desvelado algo. No ha hecho más que repetir algo sabido desde el mismo origen de internet y denunciado mil veces. Lo único nuevo es que con Snowden los imperialistas han mostrado una saña que no han mostrado antes con otros que denunciaron lo mismo.

Ruíz Mantilla miente cuando dice que “Putin le está sacando su buena tajada al asunto”. ¿No se le ha ocurrido pensar que Snowden es un foco de problemas para Rusia en sus relaciones con Estados Unidos? O dicho de otra manera: ¿No se le ha ocurrido pensar que Rusia está pagando un precio más que obteniendo un beneficio del caso Snowden? Si “Putin” ha sacado alguna tajada, ¿qué tajada es?, ¿en dónde está?, ¿sabe Ruíz Mantilla lo que los demás ignoramos?

Su comentario llega a ser repugnante cuando asegura que ningún país quiso a Snowden “en su suelo”, lo cual también es mentira. Tanto Venezuela como Bolivia le ofrecieron asilo político.

Pero vean: esa mentira está en contradicción con la otra mentira que dijo antes. Si se podía sacar tajada de refugiar a Snowden, ¿por qué no lo quisieron hacer otros países?

La respuesta es obvia: porque no hay tal tajada, porque acoger a Snowden es enfrentarse a Estados Unidos, lo cual son palabras mayores, como sabe cualquiera… excepto Ruíz Mantilla según se ve.

Snowden tiene el mismo problema que el resto del mundo: que su enemigo es Estados Unidos. Si la cosa hubiera ocurrido a la inversa, es decir, si Snowden fuera un espía ruso que se “esconde” en Washington, el comentario de Ruíz Mantilla hubiera sido completamente distinto. Entonces Snowden sería un represaliado político de Putin y Estados Unidos la tierra de los derechos que acoge a todos los exiliados y perseguidos del mundo.

En tal caso Ruíz Mantilla no hablaría de “quijotismo punto com” y otras idioteces típicas que banalizan el drama de una persona que está poniendo en riesgo su vida. ¿Le parece eso quijotesco a Ruíz Mantilla?

Si los hechos hubieran sucedido a la inversa, Ruíz Mantilla no hablaría de los “inquietantes Estados Unidos de Obama” como habla de la “inquietante Rusia de Putin”. ¿Qué le inquieta a Ruíz Mantilla de la Rusia de Putin? No lo sabemos porque no lo dice, pero el caso es que la cosa tiene que parecer siempre de esa misma manera, una y otra vez. El mundo nunca se ha sentido inquietado por los Estados Unidos. Jamás.

Ruíz Mantilla acaba hablando de que “sus” libertades están en peligro. Naturalmente. Pero se trata exactamente de las suyas porque los demás, como Snowden, no tienen ninguna libertad. Más bien sobre su cabeza pende la espada de Damocles.

Conclusión: ¡Vaya mierda de comentarios que publica “El País” en sus páginas culturales! No nos extraña que el periódico se haya hundido.

(*) http://cultura.elpais.com/cultura/2016/03/14/television/1457949204_684843.html

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