Quizá Usted aún no se haya dado cuenta de que es un personaje cercano a Putin

Quizá Usted aún no se haya dado cuenta de que es un personaje cercano a Putin. Debe tener cuidado porque le pueden embargar su nómina, o su cuenta corriente, o su vehículo particular, o su vivienda, o la ropa de su armario.

Si Putin se pasea por su pueblo, no se acerque a él para pedirle un autógrafo o hacerse un “selfi” porque acabará convertido en un oligarca ruso. Si tiene una furgoneta, puede formar parte de la “flota fantasma”. ¿Está Usted ayudando a Putin a eludir las sanciones? ¿Sus tarjetas de crédito sirven para blanquear el dinero del Kremlin? ¿Ha viajado en el tren Transiberiano? ¿Lee a Tolstoi? ¿Acude Usted a manifestaciones prorrusas?

Hay muchos más oligarcas rusos de lo que nos creemos. Por ejemplo, los abogados (europeos) siempre participan en los negocios turbios de sus clientes (rusos). Lo importante del caso no es si uno es europeo o no, ni si es abogado o no. Lo ruso contamina.

Por ejemplo, en diciembre dos asociaciones de abogados belgas interpusieron un recurso contra las sanciones que prohíben a los abogados asesorar a personas jurídicas, entidades u organismos establecidos en Rusia. No importa que la empresa sea europea o no; lo importante es que tiene una sede en Rusia, y un abogado europeo que defiende a alguien que tenga una relación remota con Rusia, entra en la lista de negra de los apestosos.

A principios de este mes, el diario belga De Tijd reveló que una parte de los 300.000 millones de euros embargados en virtud de las sanciones contra Rusia pertenecen en realidad a personas particulares, aunque no estén afectadas por las sanciones, ni sean tampoco rusos. ¿Lo pillan Ustedes? No es necesario ser ruso para ser un oligarca ruso.

Algunos de esos “oligarcas rusos” a los que Bruselas ha robado sus propiedades han recurrido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea en busca de amparo, por lo que empieza a formarse una pequeña jurisprudencia de casos, a cada cual más sangrante.

Por ejemplo, Nikita Mazepin, antiguo piloto de Fórmula 1, tiene la mala suerte de tener pasaporte ruso y de que su padre, Dmitri Mazepin, fuera uno de esos personajes a los que han colgado del pescuezo la etiqueta de “hombre cercano a Putin”.

Tener un padre así es como el pecado original, un losa que pasa de generación en generación, igual  que la casa del pueblo. Las etiquetas que te cuelgan en Bruselas son hereditarias, aunque por esta vez el Tribunal dijo ”que debe existir un vínculo que vaya más allá de una relación familiar” para que a una persona le puedan robar sus bienes de forma legal. Mazepin sólo podía ser responder de sus propios actos, no de los de su padre.

Pero da igual. Finalmente, a Mazepin no le han devuelto los bienes que le robó la banda de Bruselas.

Otra de las personas robadas es la hermana del millonario uzbeko Alisher Usmanov. En una entrevista concedida al Corriere della Sera, proclama su inocencia: “Soy médico, ginecóloga, hoy jubilada desde hace cinco años. Siempre he trabajado en Tashkent, la capital de Uzbekistán, donde nací, donde crecí y donde todavía vivo con mi familia. Es absurdo que me sancionen por mi hermano Alisher Usmanov: él nunca me ha utilizado para ocultar sus bienes”.

El Tribunal hizo oídos sordos. Sus argumentos no convencieron al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y le han expoliado sus bienes.

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