¿Qué se juega en Siria y en Yemen?

Darío Herchhoren

En el año 2001 se registró el atentado terrorista más grave de la historia moderna. Fue la caída de las torres gemelas de Nueva York, que ocasionó más de tres mil muertos. Han pasado ya quince años de esos hechos, y lo que se sospechaba ha sido confirmado: los gobiernos de USA y Arabia Saudí estaban implicados en ese atentado.

Como consecuencia de ese grave acto terrorista, los USA desencadenaron una guerra de agresión contra Afganistán, uno de los países más pobres y desgraciados de la humanidad por considerar que la organización criminal Al-Qaeda, era la responsable de esos crímenes, y con la lógica simplona del imperio, como Bin Laden estaba operando con sus talibanes en Afganistán, todo el país debía pagar esa “culpa”.

Luego de la agresión contra Irak, y luego contra los talibanes afganos: los USA emergieron como la primera potencia militar del mundo de una forma indisputable. Sin embargo, Rusia y China, en forma sigilosa, fueron desarrollando una serie de armas que llevaron a que en este momento, el equilibrio entre los bloques USA y ruso chino se haya roto a favor de este último.

Como telón de fondo de esta situación hay que recordar que la caída de la URSS y del campo socialista, significó una situación de caos total en Rusia, con una pérdida de la esperanza de vida de sus ciudadanos, con el cierre de cinco mil escuelas, la venta indiscriminada de material militar por parte de las mafias que crecieron bajo el manto del corrupto cleptócrata Boris Yeltsin, y con una sensación de derrota por parte de sus ciudadanos.

China, se ha convertido en la fábrica del mundo; y eso ha exasperado a los USA, al extremo de que se habla ya de un enfrentamiento con armas nucleares entre los dos bloques. Tanto es así que un grupo de 22 senadores se han dirigido a Barack Obama, para solicitarle que los USA no sean los primeros en usar el arma nuclear en una hipotética guerra.

Es entendible que la clase dirigente de los USA, se resista a aceptar pacíficamente el segundo o quizá el tercer lugar en esta especie de champions league pero la realidad es tozuda, y les guste o no, deberán aceptarlo. Es eso o la guerra. En este momento Rusia ha jugado hábilmente y ha tendido un puente de plata a los USA a saber: una tregua de horas en Siria y un cese el fuego de 72 horas en Yemen; esto último a través del poder vicario inglés.

Si los USA aceptan esto,deberán abandonar a sus aliados como Arabia saudí y los emiratos, que sin duda pagarán los gastos de la boda.

Pero hay algo más, y es lo más importante: En Siria y Yemen, se juega la reconstrucción del histórico camino de la seda; y eso es lo que los USA han intentado cortar con la guerra en Siria.

No es extraño que China, un país que no pertenece a la región, envíe buques de guerra para proteger a Siria. Protegiendo a Siria, protege su propio comercio y su expansión hacia niveles planetarios.

Mientras tanto, Turquía está girando hacia Rusia, y alejándose cada vez más de occidente y de la OTAN. Ya la base de Incirlik ha sido abandonada por los militares USA, que han trasladado en parte a Rumanía su arsenal, mientras Rusia ha conseguido que el gasoducto Blue Streem pase por Turquía para llevar miles de millones de metros cúbicos de gas ruso al Sur de Europa.

En este complicado ajedrez, todavía faltan jugar muchas partidas, pero hay signos inequívocos de que los USA ya han pasado su cuarto de hora. Amén.

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