Primera reunión de la Cedeao con los dirigentes militares de Níger

La semana pasada una delegación de la Cedeao se ha reunido con el dirigente de la junta militar de Níger, el general Abdurahman Tchiani, por primera vez desde el derrocamiento del presidente Mohamed Bazum el 26 de julio.

Después de la reunión, Abdel-Fatau Musah, comisionado para la Paz y la Seguridad de la Cedeao, dijo que la pelota estaba en el tejado de la junta, que mantiene a Bazum, su esposa y su hijo bajo arresto domiciliario.

La Cedeao dice que en Níger se deben acabar los golpes de Estado africanos. Ha impuesto severas sanciones económicas y ha amenazado con recurrir a la fuerza militar si Bazoum no vuelve a ocupar su cargo.

Por su parte, la junta militar ha nombrado un nuevo gobierno y dice que la restauración del orden constitucional llegará después de un régimen de transición de tres años.

Hasta ahora Níger era el alumno aventajado del Sahel. Siempre había obtenido las bendiciones de las potencias occidentales. No había golpes de Estado, los militares no daban la cara y nadie preguntaba por las elecciones. Los gobiernos eran demoráticos porque eran serviles hacia sus amos.

Todo iba viento en popa hasta que quien dio el golpe de Estado fue la OTAN, con sus “primaveras árabes” y el derrocamieento de Gadafi en Libia, que puso al Sahel bajo el ojo del huracán.

Era el pretexto que necesitaban Francia y otros países europeos, con Estados Unidos, para llevar sus tropas a las arenas del desierto, siempre por el bien de países como Níger y sus ejércitos, sus bases militares y su armamento. Crearon un ejército que se volvió contra ellos.

Ahora, si el general Tchiani ha aceptado reunirse cara a cara con la Cedeao, después de múltiples intentos, es una señal de que están bajo presión. La Cedeao dice que 11 de sus 15 estados miembros habían acordado intervenir militarmente si las conversaciones fracasaban.

El organismo apuesta por una combinación de presión externa a través de sanciones y malestar interno dentro de las fuerzas de seguridad de Níger.

A partir de ahí, el resto es mentira. Como es natural, el organismo niega su papel de pelele. Dice que no discute planes militares con socios externos y que se basan en sus propias fuerzas.

La Cedeao también rechaza la propuesta de Tchiani de un periodo de transición de tres años y amenaza que la puerta de la diplomacia no puede estar abierta indefinidamente, que es otra manera de amenzar con la guerra.

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