Ni Holanda ni Suecia han impuesto el confinamiento masivo a su población

El epidemiólogo sueco Anders Tegnell

En Holanda han diagnosticado unos 5.000 casos de coronavirus, al que imputan 215 muertos. Sin embargo, no han impuesto ningún confinamiento, posiblemente porque allá los expertos no sean tan expertos como los de acá.

En Suecia las cifras son de 2.300 infecciones y 36 muertos. Sin embargo, se permiten reuniones de hasta 500 personas y los centros comerciales siguen abiertos, posiblemente porque allá tampoco hay tan buenos expertos como acá.

O quizá la ciencia cambia de un sitio para otro. Quizá no exista esa unanimidad de la “comunidad científica” de la que algunos presumen. Quizá a lo que algunos llaman “medicina” no sea otra cosa que “política sanitaria”, o sea, la política económica en materia de salud, que se rige por los mismos principios de lucro que los transportes, el comercio o las finanzas.

La salud pública de Suecia la dirige Anders Tegnell, de 63 años de edad, uno de los epidemiólogos más reputados del mundo. Casi todos los días, a las 2 de la tarde, aparece ante la prensa y, junto con sus colegas, anuncia las últimas novedades.

“¿Por qué no cierran los colegios?”, le pregunta un periodista a Tegnell. “Porque ni en Italia ni en China se han producido brotes epidémicos en los centros escolares”. En efecto, según la OMS, en China ningún niño ha contagiado el virus a un adulto.

Las ruedas de prensa de Tegnell, no sólo son ciencia, sino una lección de sentido común. El punto de partida es el opuesto al que aquí impera: si una persona no tiene ningún síntoma de enfermedad, debe ser considerada como “no contagiosa”.

Es una regla tan básica de la medicina que casi la habíamos olvidado. Es lógico pensar que un microbiólogo esté a la caza de virus, pero un médico a quien atiende es a personas que están enfermas. Es tan básico que da vergüenza recordar tal simpleza.

La política sanitaria sueca ha frenado en seco la paranoia, evitando que la población se abalance sobre los hospitales y que la policía patrulle por las calles la busca y captura de infractores.

Johan Giesecke, un epidemiólogo del Instituto Nacional de Control de Enfermedades Infecciosas de Suecia y asesor de la OMS, transmite una recomendación encarecidamente: salir a la calle, disfrutar del aire libre y el sol de primavera.

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