El Ayuntamiento de Sbeitla, en Túnez, ordenó a la policía que destruyera un quiosco de periódicos en el que dormía habitualmente un vendedor de cigarrillos.
En la madrugada del martes el hombre de 52 años descansaba plácidamente cuando un furgón de la policía arremetió contra el quiosco y lo aplastó literalmente.
Inmediatamente la población se puso en pie, salió a la calle a manifestarse y el ayuntamiento tuvo que pedir refuerzos al gobierno para contener la ira de la multitud.
El humilde quisco era propiedad de Abderrazek Jachnaoui, hijo del fallecido. “Los funcionarios municipales procedieron a destruirlo sin comprobar si había alguien dentro”, dijo a la prensa. “Mi padre […] murió inmediatamente. Durante la operación, los agentes de seguridad dispararon gases lacrimógenos a mi familia que había intentado acercarse al quiosco”, añadió.
Los manifestantes cerraron las carreteras de acceso a Sbeitla e incendiaron un coche municipal. También lanzaron piedras y objetos a la policía, dijo el portavoz del Ministerio del Interior, Jaled Hayouni. Se desplegaron unidades militares y de seguridad para proteger las instituciones sensibles en Sbeitla, añadió Mohamed Zekri, portavoz del Ministerio de Defensa.
El Presidente del Gobierno, Hichem Mechichi, despidió al prefecto y subprefecto de la región, así como al jefe del distrito de seguridad y al jefe de la comisaría municipal de Sbeitla. Además, ha pedido al ministro del Interior, Taoufik Charfeddine, que se traslade inmediatamente a Sbeitla y ofrezca apoyo material y moral a la familia de la víctima.
Sbeitla, situada a 30 kilómetros de Kasserine, la capital provincial, es una de las ciudades del interior de Túnez donde son recurrentes los movimientos de protesta para exigir trabajo.
El comercio informal, como la venta de periódicos o de pan, permite a muchos ganar lo suficiente para ayudar a sus familias.
Si bien la situación económica ya era difícil en Túnez, el confinamiento ha dado la puntilla. Los cierres de actividad están teniendo un impacto social devastador. La tasa de desempleo ha aumentado hasta el 18 por ciento y podría superar el 21 por ciento a finales de este año.