Los eufemismos no abandonan Afganistán

El pasado 30 de septiembre el nuevo presidente afgano, Ashraf Qani Ahmadzai, firmó un «acuerdo» con Washington y la OTAN para prolongar la ocupación militar con casi 10.000 soldados estadounidenses a partir de año que viene. Lo de calificarlo como un «acuerdo» es un eufemismo para referirse a una nueva imposición por parte del imperialismo contra Afganistán.

Donde dije digo… El «acuerdo» contraviene otro «acuerdo» alcanzado en 2010 durante la cumbre de la OTAN de Lisboa para traspasar la seguridad de Afganistán a las fuerzas locales, proceso que debía concluir este año.

En virtud del nuevo «acuerdo» entre el gobierno del Afganistán y Estados Unidos, los imperialistas podrán mantener una parte de sus tropas en Afganistán durante otros dos años más «como máximo», que seguramente será otro eufemismo con el que Obama quiere decir que se irán cuando les de la gana.

El 22 de noviembre pasado el New York Times era un poco más explícito. Hablaba de un «decreto confidencial» firmado Obama que amplía la presencia de las tropas imperialistas en Afganistán. El decreto autoriza a las unidades estadounidenses a organizar operaciones «contra el movimiento talibán y otros grupos armados que representan una amenaza para las tropas de EEUU o el Gobierno de Afganistán». También permite el uso de la aviación estadounidense -cazas y drones- en los operativos de las fuerzas de seguridad afganas.

Según el New York Times, la decisión de ampliar la misión fue «fruto de largos y acalorados debates que agudizaron las discrepancias» internas entre los partidarios de retirar las tropas para no poner en riesgo las vidas de los soldados y el Pentágono que exigía que las tropas estadounidenses finalizaran su misión.

También hay que escuchar lo que dicen fuera de Washington. Ayer representantes de más de 60 países se reunieron en Londres para abordar la situación del país asiático, la sociedad civil, la corrupción y las reformas políticas, entre otros, en una gestión de apoyo “al primer traspaso de poderes democrático de la historia” de Afganistán.

Más eufemismos: ¿traspaso de «poderes»?, ¿«democrático»?

Al término de la Conferencia el nuevo presidente afgano se flageló la espalda diciendo que “somos nosotros los responsables” de lo que ocurre en el país”, lo cual es sorpredente para un país que padece una ocupación militar desde hace 35 años. “En nuestra larga historia, los afganos sólo hemos necesitado apoyo militar directo en los últimos 30 años. Esperamos no necesitarlo nunca más”.

¿Sólo? ¿Le parecen pocos 30 años a Qani?

Lo que nadie quiere reconocer en público es que, además de tropas, el nuevo «acuerdo» autoriza a Estados Unidos a mantener y reforzar las 200 bases militares actualmente existentes y crear otras nuevas.

Tampoco nadie quiere reconocer en público que el «acuerdo» autoriza a las fuerzas especiales estadounidenses a irrumpir en los domicilios privados de la población afgana, una claúsula a la que -por cierto- se opuso Karzani.

El «acuerdo» tampoco menciona la presencia de empresas privadas de seguridad, es decir, de mercenarios cuyo número, posiblemente, no esté contabilizado en el «acuerdo».

Tampoco es posible saber si con la salida de las tropas, Obama se va a llevar las plantaciones de opio para cosecharlas en el jardín de la Casa Blanca o si las dejará tal cual están para seguir financiando la ocupación con la venta de heroína por todo el mundo.

Eso sí: a finales de año los telediarios del mundo entero mostrarán «urbi et orbi» las imágenes de las «ultimas tropas» estadounidenses abandonando sus bases en Afganistán. No se lo pierdan.

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