Lluvia de subvenciones para el hidrógeno ‘verde’

Los problemas de abastecimiento energético han vuelto a poner el hidrógeno en primer plano. La combustión de hisdrógeno libera cuatro veces más energía que la gasolina por unidad de peso. Los “expertos” dicen que es potencialmente inagotable, que es renovable, que no emite de gases de efecto invernadero…

En la actualidad el hidrógeno representa el 1,7 por cien de la combinación energética mundial y el cuento de la lechera que propagan los seudoecologistas dice que alcanzará el 13 por cien en 2050.

Pero, como es habitual, no todo es tan bonito como lo pintan. El hidrógeno hay que producirlo, normalmente por electrólisis, lo que cuesta entre dos y tres veces más que la producción de combustibles fósiles.

En segundo lugar, con el estado actual de las fuerzas productivas, para fabricar hidrógeno hay que consumir combustibles convencionales, por lo que no es tan verde como lo pintan, como ya hemos explicado en otra entrada. Antes de aumentar la producción de hidrógeno y alardear de que es “verde” deberían explicar qué energía utilizarán para conseguirlo.

En tercer lugar, el hidrógeno tiene un rendimiento energético reducido en comparación con otros vectores energéticos y no puede sustituir al gas en los mercados energéticos. Su destino parece encontrarse en ciertos usos de la industria y el transporte.

Lo mejor del hidrógeno es que al llevar la etiqueta “verde” va a succionar un enorme puñado de subvenciones públicas, especialmente europeas. En diciembre el gobierno español anunció los primeros 250 millones de euros de dinero público para el nuevo sector, una cantidad insignificante en comparación con los 9.000 millones de Alemania.

No obstante, a bocazas no hay quien gane a la coalición que gobierna en Madrid, que prometió invertir más de 1.500 millones de euros hasta el año que viene, hasta llegar a los 8.900 millones para 2030.

Como ya explicamos en una entrada anterior, la transición ecológica y las energías verdes engordan a costa de los presupuestos del Estado. El verdadero negocio son las subvenciones.

comentario

  1. El físico Antonio Turiel explica en este mensaje (chat The Oil Crash (*1)) algunas de las complicaciones asociadas a tratar de usar el hidrógeno como fuente de energía:

    «
    Porque por supuesto no funciona así. Separar el hidrógeno del oxígeno no es sencillo: no puedes dejarlos simplemente flotar, porque en el aire el hidrógeno se recombinaría inmediatamente con el oxígeno. Está además la cuestión de la velocidad de la reacción, que es muy lenta. Y la cantidad de electricidad requerida, que es muy grande.
    Con una eficiencia en la conversión del 50%, para producir 1 litro de hidrógeno a 700 atmósferas (unos 5 MJ, como la octava parte de la energía de un litro de gasoil) se necesitarían 10 MJ, es decir 2,8 kw·h. Esa es la energía que una potencia de 2,8 kw (semejante a la que se contrata la gente en sus casas) daría en una hora. Si quisieras producirlo en 10 minutos necesitarías una potencia de casi 17 kw. Va lento, ocupa espacio, etc. Básicamente: no es fácil.
    Por cierto, con un litro de hidrógeno tendrías quizá como 5 km de autonomía. En un coche.
    »

    Yo añadiría el ruido de la compresión a 700 atmósferas, que pienso que debería ser un auténtico estruendo.
    ¿Cómo aplicar todo esto de manera funcional a un vehículo pequeño como un automóvil?

    (*1) The Oil Crash – Telegram – Antonio Turiel sobre la hidrólisis:
    https://t.me/c/1191793148/7637

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