A principios de noviembre la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprobó un fármaco de la multinacional Merck, el molnupiravir, que “podría acabar con el coronavirus en cuestión de horas”, dice ABC (1), recurriendo a una terminología estúpida.
Como en el caso de las vacunas, fue una aprobación “de emergencia”, es decir, a ciegas, antes de acabar los ensayos clínicos. No obstante, la EMA dejaba el asunto en manos de los estados miembros, que serán quienes asuman las responsabilidades.
Hace dos semanas la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) hizo lo propio para Estados Unidos.
Llevamos, pues, dos años con el mismo mantra: los medios de intoxicación no son otra cosa que propagandistas de las empresas fabricantes y que la EMA y la FDA respalden el medicamento pone a los organismos públicos en la misma ecuación que, por ciento, tampoco tiene nada de científica.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte estudió los efectos de molnupiravir en células aisladas de ratones durante 32 días y descubrió que el fármaco induce mutaciones en el ADN. Esas mutaciones contribuyen al desarrollo del cáncer, y pueden causar defectos de nacimiento, ya sea en un feto en desarrollo o a través de la incorporación a las células precursoras del esperma (2).
El fármaco afecta a las células en proceso de división. Los hombres fabrican constantemente espermatozoides en división que podrían ser portadores de esas mutaciones. En consecuencia, los hombres que quieran ser padres no deberían ingerir el medicamento.
Naturalmente la multinacional Merck dice que sus estudios no encuentran pruebas de que el medicamento cause mutaciones en el ADN.
Originalmente la pócima se desarrolló en la Universidad Emory para el tratamiento de la gripe. A su vez, la Universidad es una empresa comercial con el mismo nombre que vendió la patente a Ridgeback Biotherapeutics, una empresa con sede en Miami que se asoció a Merck para llevarlo al mercado mundial.
Que el monulpiravir es mutagénico y provoca defectos en los recién nacidos se sabe desde que comenzó la pendemia (3), cuando las investigaciones farmacológicas de la gripe se trasladaron al coronavirus.
Una de las empresas que investigó el ingrediente activo del medicamento, Phirmasset, abandonó la carrera.
El 3 de diciembre del año pasado, la revista Nature publicó un artículo sobre el tratamiento con molnupiravir de hurones infectados con “covid” (4) y, como es natural, las conclusiones fueron favorables a la multinacional. Las pastillas son “eficaces” contra el “covid”, tanto o más que las vacunas. Pero si no es suficiente con tomar una pastilla a la semana, se puede tomar todos los días, o a cada hora… y así que hasta demoestrar su “eficacia”.
(1) https://www.abc.es/sociedad/abci-molnupiravir-pildora-anti-covid-nsv-202103111252_noticia.html
(2) https://www.nytimes.com/2021/12/13/health/merck-covid-pill-pregnancy-risk.html
(3) https://cen.acs.org/pharmaceuticals/drug-development/emerging-antiviral-takes-aim-COVID-19/98/web/2020/05
(4) https://www.nature.com/articles/s41564-020-00835-2