La trituradora de carne de la OTAN ha funcionado a la perfección en el frente de Jerson

Desde comienzos de esta semana los jefes de la OTAN empujaron a los chusqueros ucranianos a lanzar un ataque sobre Jerson. Les enviaron armas sofisticadas para probar que la trituradora de carne funciona a la perfección, y así ha sido.

El gobierno de Kiev aseguró que se trataba de una contraofensiva en la que participaban 30.000 soldados y durante dos días, los combates en el frente sur se intensificaron.

Newsweek los calificó de “rabiosos” y afirmó que los bombardeos con el nuevo armamento Himars suministrado por Estados Unidos era un éxito. El jefe administrativo que los rusos instalaron en Jerson huyó a Rusia y lograron destruir numeroso armamento de los invasores.

Sin embargo, los militares estadounidenses que están en el teatro de operaciones se negaron a hablar de “contraofensiva”. En cualquier caso, estaba condenado al fracaso. Según la CNN, el Pentágono se ha distanciado del desastre: “En la preparación de la actual contraofensiva ucraniana, Estados Unidos ha instado a Kiev a mantener la operación limitada tanto en sus objetivos como en su geografía para evitar que se expanda y se empantane en múltiples frentes” (*).

Ninguno de los intentos ucranianos de ataque ha dado lugar a avances significativos sobre el terreno. El número de víctimas ucranianas es enorme. Los informes de Odessa, Nikolaev y Kryvy Rih hablan de miles de heridos. Los hospitales abarrotados piden sangre a la población. Muchos más han muerto. Cientos de tanques y vehículos de combate de infantería ucranianos han sido destruidos o capturados por los rusos.

La 128 Brigada de Asalto a la Montaña de la región ucraniana de Transcarpatia participó en el ataque y ha sido aniquilada. ¿Por qué llevaron a especialistas en montaña en una estepa abierta? El gobernador de la región habría ordenado un día de luto.

Los medios de comunicación occidentales no han mencionado la sangrienta derrota de la “contraofensiva” en Jerson, ni el intento de asalto a la central nuclear de Zaporiya.

El ataque comenzó el martes sobre cinco ejes. Tres de los intentos de ganar terreno en poder de las tropas rusas fracasaron. Un eje fue detenido después de tomar algunas pequeñas aldeas sin valor estratégico. El único ataque exitoso cruzó el río Inhulet, cerca de Andrivka, hacia la presa y el cruce del río que cierra el embalse de Kajovka.

El plan era una locura. El teatro de operaciones es una estepa plana y abierta. Las tropas abrieron un corredor de 50 kilómetros de largo a través de un terreno hostil desprotegido y sin refugio. Los poblados a lo largo de la ruta son en su mayoría aldeas agrícolas de una o dos calles con casas de una sola planta que ofrecían poca protección. El ejército ucraniano no podía cubrir el avance de sus tropas con apoyo aéreo; su artillería es una décima parte de lo que puede aportar el ejército ruso en la región.

Era obvio desde el principio que se trataba de una misión suicida. El mando militar ucraniano se opuso al plan, pero la dirección política de Kiev le ordenó seguir adelante. Está sometida a la presión política de sus patrocinadores de la OTAN, que exigían mostrar algún trofeo en el telediario de la noche.

La aviación y la artillería rusas no destruyeron inmediatamente los cruces sobre el río Inhulet para llevar a los ucranianos hacia una trampa. No tiene otra explicación.

Durante tres días, el ejército ucraniano envió un batallón tras otro al saliente. Eran tropas profesionales entrenadas por Gran Bretaña, equipadas con tanques T-72 polacos modernizados y vehículos blindados de combate de infantería holandeses (YPR-765 IFV). Esas fuerzas fueron capaces de crear un saliente más profundo, que pronto se convertiría en su tumba.

El jueves, el mismo día en que llegó la delegación del OIEA, los ucranianos lanzaron otro ataque para tomar la central de Zaporiya. Pero los rusos estaban al corriente. Las dos oleadas de comandos de operaciones especiales ucranianos, también entrenadas por Gran Bretaña, murieron al cruzar el embalse o fueron emboscados nada más aterrizar. Finalmente murieron. La inspección del OIEA se llevó a cabo según lo previsto.

El portavoz del Secretario General de la ONU, Stephane Dujarric, declaró el mismo jueves: “Nos alegramos de que la Federación Rusa haya hecho todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestros inspectores”.

Al tercer día del ataque, los puentes sobre el río Inhulet seguían intactos. La táctica rusa era evidente. Ya la habían utilizado antes, en el frente de Jarkov: los ucranianos atacan y los rusos los golpean con fuerza, primero, y luego se retiran; los ucranianos vuelven a avanzar y los rusos hacen lo mismo: los golpean de nuevo, pero se siguen retirando; entonces los ucranianos refuerzan el saliente, los rusos los flanquean y les cortan la retirada; la trampa se ha cerrado.

A última hora del viernes, las fuerzas aéreas rusas hicieron su primera demostración en medio del ataque: bombardearon a las fuerzas ucranianas en el frente del saliente de la pequeña localidad de Bezimene con unas 24 bombas mudas de 500 kilos. Eso puso fin a la existencia de la aldea y de todas las tropas ucranianas que había allí estacionadas.

La aviación rusa procedió después a destruir todos los puentes sobre el río Inhulet. Las tropas ucranianas estaban atrapadas. Tenían la opción de rendirse o morir.

Los rusos ha lanzado ahora sus propios ataques para ganar zonas que los ucranianos tenían en su poder. Los ucranianos movilizaron las reservas locales en Nikolaev para contrarrestar esos movimientos. Es posible que los rusos acaben destruyendo las principales reservas militares de Ucrania y gran parte de las existencias de vehículos pesados que había recibido de la OTAN.

La central nuclear de Zaporiya sigue en manos rusas y ahora está asegurada por la presencia de una delegación permanente del OIEA. Zelensky ya no podrá decir que es Rusia quien dispara sobre ella, o que utiliza la planta como base militar.

Todo el tinglado propagandístico ha vuelto a hundirse en medio de un baño de sangre.

(*) https://edition.cnn.com/2022/08/31/politics/ukraine-us-wargames-counteroffensive/index.html

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