La neutralidad en la Guerra de Ucrania no es una opción para Palestina

A pesar de las presiones de Estados Unidos y la Unión Europea, la Autoridad Palestina se ha negado a condenar la intervención rusa en Ucrania. Los dirigentes palestinos entienden que condenar a Rusia significa perder un importante aliado y partidario de sus posiciones políticas.

Unirse al coro occidental contra Rusia aislaría aún más a una Palestina ya muy aislada, que busca aliados que puedan contrarrestar la política prosionista en las instituciones internacionales, férreamente controladas por Estados Unidos.

Tras el colapso de la Unión Soviética y el desmantelamiento del bloque oriental a finales de la década de los noventa, se permitió a Rusia desempeñar un papel, aunque menor, en los planes políticos de Estados Unidos en Palestina e Israel. Participó como copatrocinador en las conversaciones de paz de Madrid en 1991 y en los Acuerdos de Oslo en 1993.

Desde entonces, un representante ruso ha participado en cada uno de los principales acuerdos relacionados con los procesos “de paz”, hasta el punto de que Rusia fue una de las principales partes del llamado Cuarteto de Oriente Medio, que en 2016 trató de negociar un avance político entre el gobierno israelí y los dirigentes palestinos.

A pesar de la continua presencia de Rusia en la mesa política palestino-israelí, Moscú desempeñó un papel subordinado. Fue Washington quien determinó con fuerza la dinámica, el calendario, el lugar e incluso el resultado de las conversaciones “de paz”.

Gracias al apoyo de Washington a Tel Aviv, Palestina sigue ocupada, mientras las empresas coloniales de Israel crecen exponencialmente en tamaño, población y poder económico.

Los palestinos siguen considerando a Moscú como un aliado. Dentro del prácticamente desaparecido Cuarteto -que, además de Rusia, incluye a Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU- Rusia era la única parte en la que, desde la perspectiva palestina, se podía confiar.

Sin embargo, dada la hegemonía casi total de Estados Unidos en la toma de decisiones internacionales, a través de sus presiones en la ONU, su financiación masiva del ejército israelí y su implacable presión sobre los palestinos, el papel de Rusia fue casi simbólica, en última instancia.

Ha habido excepciones a esta regla. En los últimos años, Rusia ha intentado desafiar su papel tradicional en los proceso “de paz” como actor político de apoyo, ofreciéndose a mediar no sólo entre Israel y la Autoridad Palestina, sino también entre los grupos políticos palestinos, Hamás y Fatah.

Aprovechando el espacio político que se presentó en febrero de 2019 tras el corte de fondos del gobierno de Trump a la Autoridad Palestina, Moscú se acercó aún más a los dirigentes palestinos.

Una posición rusa más independiente en Palestina e Israel lleva años tomando forma. En febrero de 2017, por ejemplo, Rusia acogió una conferencia de diálogo entre las diferentes organizaciones palestinas. Aunque la conferencia de Moscú no dio lugar a nada sustancial, permitió a Rusia cuestionar su anterior posición en Palestina, así como el papel de Estados Unidos.

Ante el avance de Rusia en Oriente Medio, en abril del año pasado Biden restableció rápidamente la financiación de su gobierno a la Autoridad Palestina. Sin embargo, La Casa Blanca no revirtió algunas de las principales concesiones de Estados Unidos a Israel en época de Trump, incluido el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.

Bajo la presión israelí, Estados Unidos aún no ha restablecido su consulado en el este de Jerusalén, que fue cerrado por Trump en 2019. El consulado actuaba como misión diplomática de Washington en Palestina.

En la actualidad la importancia de Washington para la Autoridad Palestina se limita al apoyo financiero. Al mismo tiempo, Estados Unidos sigue siendo el principal apoyo financiero, militar, político y diplomático de Israel.

Aunque las organizaciones palestinas, tanto islámicas como progresistas, han pedido repetidamente a la Autoridad Palestina que se libere de su dependencia casi total de Washington, los dirigentes palestinos siempre se han negado. Para la Autoridad Palestina, desafiar a Estados Unidos en el actual orden geopolítico sería una forma de suicidio político.

Pero Oriente Medio está cambiando rápidamente. La desvinculación política de Estados Unidos de la región en los últimos años ha permitido que otros actores, como China y Rusia, surjan gradualmente como alternativas y socios políticos, militares y económicos.

La influencia rusa y china se deja sentir ahora en todo Oriente Medio. Sin embargo, su impacto en el equilibrio de poder en la cuestión palestino-israelí, en particular, sigue siendo mínimo.

Washington se ha mantenido atrincherado detrás de Israel, ya que el apoyo de Estados Unidos a Israel ya no es una cuestión de prioridades de política exterior, sino una cuestión interna de Estados Unidos, que involucra a poderosos grupos de presión israelíes.

Los palestinos -la sociedad, los dirigentes políticos y los partidos- no tienen ninguna confianza en Washington. Gran parte de la división política entre los palestinos está directamente relacionada con esta cuestión. Pero salir del campo de Estados Unidos requeriría una fuerte voluntad política de la que, por desgracia, carece la Autoridad Palestina.

La causa palestina está carcomida por la desunión interna, por una perspectiva política regional e internacional poco clara, al tiempo que ha sufrido una hemorragia de aliados históricos, entre los que se encuentran muchos países africanos, asiáticos y sudamericanos.

Sin embargo, la guerra ruso-ucraniana plantea a los palestinos uno de sus mayores retos en materia de política exterior desde el colapso de la Unión Soviética. Para los palestinos, la neutralidad no es una opción, ya que la neutralidad es un privilegio que sólo pueden obtener aquellos que pueden influir en la polarización mundial explotando su propia influencia política. Los dirigentes palestinos, debido a su falta de estrategia colectiva, no tienen esa influencia.

El sentido común dicta que los palestinos deben desarrollar un frente unido para hacer frente a las actuales convulsiones mundiales, que acabarán produciendo una realidad geopolítica totalmente nueva. No pueden permitirse el lujo de mantenerse al margen y pretender que podrán capear el temporal por arte de magia.

Ramzy Baroud https://www.middleeastmonitor.com/20220314-weathering-the-global-storm-why-neutrality-is-not-an-option-for-palestinians/

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo