La intervención de Israel en la guerra de Siria

Siria e Israel están en guerra permanente desde 1948. Desde la  Guerra de los Seis Días de 1967 Israel ocupa los Altos del Golán y el Monte Hermon, que pertenecen a Siria. Durante la Guerra de Yom Kipur de 1973, Siria intentó recuperar la región, pero fracasó.

En 1981 Israel se anexionó oficialmente el territorio de los altos del Golán. Aparte de su valor estratégico, desde el Golán se controla el agua de la región. Allí nacen los afluentes del Jordán y de allí proviene el 15 por ciento del abastecimiento de agua de Israel. Un tercio de la producción vinícola israelí también procede del Golán.

Al año siguiente Israel avanzó hacia el Líbano. Sin embargo, el ejército sirio detuvo el avance del ejército israelí en la batalla de Sultan Yakub y la batalla de Ain Zahalta. El principal objetivo de la invasión israelí del Líbano (Plan Oranim) era la destrucción de las tropas sirias desplegadas en el valle de Bekaa hasta llegar al distrito de Baalbek en el norte del Líbano. El plan, que contaba con el apoyo de Estados Unidos, fracasó.

El 6 de setiembre de 2007 la aviación israelí desencadenó la Operación Orchard, bombardeando y destruyendo un reactor nuclear sirio. Todo lo demás se ignora: ¿cuántas víctimas causó los aviones israelíes?, ¿construyó Corea del norte el reactor?

No es, pues, extraño que desde el origen de la Primavera Árabe en 2011 Israel haya estado presente en la agresión contra Siria. Pero hace cuatro años nadie hablaba del Frente Al-Nosra ni del Califato Islámico sino de un autodenominado “Ejército Libre de Siria”. En aquellos primeros momentos los protagonistas del ataque se disfrazon como fuerzas “rebeldes” o “insurgentes”, e incluso como un levantamiento “popular”, frente a la dictadura de Bashar Al-Asad, para ocultar que el imperialismo y sus filiales sionistas estaban armando a los fundamentalistas como tropas de choque.

En marzo de 2013 Israel remitió al jefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense, el general Martin Dempsey, un plan en dos fases para aportar un apoyo creciente al “Ejército Libre de Siria”, con el propósito de crear una zona de exclusión aérea, además de sostener el “campo laico” frente a la “amenaza islamista”.

En una entrevista a la CNN en abril del mismo año el general Salim Idriss, jefe del Estado Mayor mayor del referido “Ejército Libre de Siria” reconoció que había “muchos, muchos” oficiales del servicio de inteligencia israelí operando en Siria (1).

En mayo Israel bombardeó Siria, lo que el gobierno de Damasco interpretó como una declaración de guerra (2). La excusa de Israel fue la de atacar las posiciones de Hezbolá (3).

En el mes de julio Laeth Horan, portavoz de la Brigada de los Mártires Yarmuk, integrante del “Ejército Libre de Siria”, agradeció a Israel las atenciones médicas dispensadas a los heridos en la frontera del Golán, afirmando que tras el derrocamiento del gobierno de Damasco llegarían diez años de cooperación con Israel (4).

En agosto la agencia de prensa iraní Ahlul Bayt afirmó que miembros del “Ejército Libre de Siria” vestidos con uniformes israelíes combatían a las tropas gubernamentales de Damasco. La información mencionaba a un oficial sirio del que no mencionaba el nombre. Este oficial dijo haber visto inscripciones en hebreo en el interior de los uniformes de los miembros de las Brigada de Al-Ghuta caídos en combate (5).

En setiembre el diario francés Le Figaro reveló (6) que “un primer grupo” de 300 hombres respaldados por comandos israelíes, jordanos e instructores de la CIA había cruzado la frontera el 17 de agosto, que dos días después cruzó otro grupo y que progresivamente se acercarían hacia Damasco.

Desde Damasco acusan a Israel de dar un apoyo “directo” a los yihadistas tras el bombardeo de las posiciones del ejército sirio que combaten contra el Califato Islámico.

El 18 de enero de este año, seis miembros de Hezbolá y un oficial iraní murieron durante un bombardeo israelí contra Quneitra, una ciudad fronteriza en los altos del Golán.

Como dice un comentarista israelí, Alex Fishman, Israel está involucrada “hasta el cuello” en la guerra de Siria. No podía ser de otra forma. Su consigna es “¡Que se desangren!” Es un riesgo muy calculado. O bien lleva a cabo ataques de “baja intensidad” o bien encubiertos, indirectos, a través de sus tentáculos takfiristas. Pero en Oriente Medio la experiencia enseña que no es fácil mantenerse mucho tiempo en una postura así. “Podría convertirse en parte integrante” de la guerra, dice Fishman (6).

En efecto. Ahora la guerra de Siria es contra el fundamentalismo. Pero es posible que acabe siendo una guerra contra Israel, otra guerra más contra Israel. En definitiva, en todas las guerras de Oriente Medio el protagonista principal es siempre Israel.

Notas:

(1) Free Syrian Army general: ‘Clear proof chemical weapons used, http://amanpour.blogs.cnn.com/2013/04/24/free-syrian-army-general-clear-proof-chemical-weapons-used/
(2) Advierte Siria que el ataque israelí es una ‘declaración de guerra’, http://www.lanacion.com.ar/1579257-advierte-siria-que-el-ataque-israeli-es-una-declaracion-de-guerra
(3) ¿Por qué ataca Israel a Siria?, http://www.abc.es/internacional/20130507/abci-siria-israel-ataque-201305061626.html
(4) Syrie: Pour qui roule la ‘Brigade des martyrs de Yarmouk’?, http://0z.fr/R3a28
(5) Rebels in Israeli uniforms fight in Syria, http://en.alalam.ir/news/1502466
(5) Syrie: l’opération anti-Assad a commencé, http://www.lefigaro.fr/international/2013/08/22/01003-20130822ARTFIG00438-syrie-l-operation-anti-assad-a-commence.php
(6) Israël est impliqué de facto en Syrie, http://www.i24news.tv/fr/opinions/69919-150504-analyse-israel-est-implique-de-facto-en-syrie

comentario

  1. Como no podía ser menos. "Dios ha dado a los judíos poder sobre la fortuna y sobre la vida de todos los pueblos." (Sepher Haikarim III, 25; Jalkut Simeoni, folio 83, col. 3).
    "El judío puede apoderarse de las propiedades de los no judíos." (Baba Mezia, folio 61, a).
    "Las propiedades de los goim son y tienen la reputación de un desierto o de las arenas del mar, quien las ocupare primero (entre los judíos), será su legítimo poseedor."
    "Los bienes de un no judío son como un bien mostrenco, y el que viene primero, éste toma posesión de ellos." (Choschen Hammischpat, 156.5). Comentando estos preceptos el rabino Isidoro Loeb escribía, en 1892, en su obra "La literatura de los pobres de la Biblia":
    "Toda la fortuna de las naciones pasará al pueblo judío; el fruto de los graneros de Egipto, los ahorros de Etiopía, serán de él; marcharán detrás del pueblo judío, encadenados, como cautivos, y se postrarán a sus plantas"
    Otro precepto que viene a incidir en lo mismo, se encuentra en el libro Sepher Ikarim, en donde también se encuentran los principales ataques contra la fe cristiana:
    "Dios ha dado a los judíos poder sobre la fortuna y la vida de todos los pueblos"
    El escritor judío Marcus Eli Ravage, nacido en Rumanía en 1884 y emigrado desde joven a Estados Unidos −en donde estudió, con estancias en París-, escribió en The Century Magazine de enero de 1928, vol. 115, lo siguiente, contradictorio en sí mismo:
    "En tiempos de guerra nos sustraemos a nuestro deber por la Patria, porque por naturaleza y tradición somos pacíficos. Somos los archi-instigadores de guerras mundiales y los principales beneficiarios de tales guerras."
    "Somos en una misma persona los fundadores y adeptos principales del capitalismo, y simultáneamente los principales autores de atentados de la rebelión contra el capitalismo. De seguro, la historia no tiene ejemplo alguno de semejante multiplicidad."
    Ya el rabino Jochanan había llevado al Pasachim (113, A), esta advertencia: "Si vas a la guerra no vayas en primera fila, sino en las últimas, así podrás ser el primero en volver." Excusado decir que se refiere a las guerras que ellos promueven entre las demás naciones, aunque les acojan de buena fe. En Israel no se acepta la objeción militar.
    Sobre la usura, el criterio lo tienen muy claro, apareciendo coincidente y reiterativo. En el libro Sanhedrín (fol. 16.2), se prescribe que: Está prohibido prestar sin usura a los no hebreos.
    En el Sepher de Maimónides (fol. 73.4), se recalca como en un mandamiento lo siguiente: "Dios ha ordenado practicar la usura respecto a un goim, y no prestarle dinero sino únicamente cuando nos pague intereses, de tal manera que en lugar de facilitarle ayuda, nosotros debemos crearle dificultades, aun cuando él nos es útil."
    Por ver si les dice algo el siguiente párrafo, comentando la misma máxima el rabino Schwabe −citado por Traian Romanescu-, escribe al respecto: "Si un cristiano necesita dinero, el judío sabrá engañarlo; él añadirá interés usurero a interés usurero, hasta que la suma esté tan elevada que el cristiano no podrá pagarla sin vender sus bienes, o hasta que la suma monte a tanto que el judío pueda comenzar un proceso y obtener de los jueces el derecho a tomar posesión de sus bienes."
    "Si los judíos han viajado toda la semana y han engañado a los cristianos, a derecha y a izquierda, que se reúnan el sábado y que se glorien diciendo: Es necesario arrancar el corazón a los goim, y matar al mejor de los cristianos." (Judenbalg 21).

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