La cloaca máxima

Darío Herchhoren

La  antigua Roma, era la capital del Imperio Romano, y dicho imperio era lo más parecido a un estado moderno de la actualidad. Para asombro de los contemporáneos, hay que decir que en la antigua Roma había bancos, compañías de seguros y empresas de navegación, y había ciertos servicios de saneamiento y agua corriente en muchas de las casas.

Además, había una cloaca que se llamaba máxima, que consistía en un canal subterráneo, adonde confluían las aguas con los detritus de las casas. Esa cloaca llevaba esas aguas hasta el puerto de Ostia, cercano a Roma y vertía en el Mediterráneo. De esa manera, las aguas subterráneas no se contaminaban y servían para beber y para el riego y limpieza.

Seguramente esa cloaca despediría un olor nauseabundo, y ello ocurre al día de hoy en las grandes ciudades, que recogen las aguas sucias de los domicilios y las desaguan en lugares seguros.

Esto de la cloaca máxima me lleva inevitablemente a compararla con la situación política a la que asistimos estupefactos en España ante tanto detritus y basura, pero no en las cloacas sino a la intemperie. Y ello afecta no solo al PP (partido podrido), sino que también toca a otros, aunque en menor medida. El PSOE tuvo a Filesa, a Malesa y a Time Export, que servía para financiar al propio partido y a algunos de sus dirigentes.

El saqueo de Caja Madrid hoy Bankia, mediante las famosas «tarjetas black» y de las cuales se beneficiaron también los representantes de los sindicatos. En efecto; los dirigentes de CCOO y UGT, utilizaron las tarjetas, igual que los representantes de la banca. Es decir que no hubo diferencias entre ellos y Miguel Blesa y Rodrigo Rato.

Todo esto, nos lleva a hacer una reflexión sobre la salud democrática de España, sin entrar en la legitimidad del propio sistema. Estamos ante hechos que nos llevan a considerar, que es el propio sistema el que está descompuesto; y que los llamados a la moralización que cada día hacen los propios corruptos, son en realidad un brindis al sol, que solo sirven para entretener a la parroquia y es patético ver a personajes como Rajoy, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes y otros que han convivido con el saqueo, haciendo llamados a la limpieza moralizadora.

La detención y encarcelamiento de Ignacio González y su troupe, son la punta del iceberg que solo sirve para tapar al resto. Esperanza Aguirre debería estar en prisión, no solo por estos últimos escándalos, sino por el «tamayazo», por los hospitales públicos (que pagó el estado) para entregarlos a las empresas de sus amigos que los administran en su beneficio. Es decir que el estado es «dueño» del edificio hospitalario, pero la gestión del mismo está en manos de empresas privadas que se benefician de ello sin poner un céntimo.

La gestión del ex consejero de justicia e interior del gobierno de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, actualmente en prisión llama la atención por su impunidad durante años. Creó una trama de coimas donde abrevaban una serie de alcaldes que a cambio de gordas limosnas recalificaban terrenos que de la noche a la mañana pasaban de ser rústicos a ser urbanos y aptos para construir viviendas.

Recordemos también a Francisco Camps en Valencia, a Jaume Matas en Baleares, a Rita Barberá alcaldesa de Valencia, todos ellos jaleados por Rajoy, que llegó a decir «Rita eres estratosférica». Dijo de Paco Camps y de Jaume Matas, que quería hacer en España lo mismo que ellos en Valencia y en Baleares. Y lo hizo. Robó como ellos.

Quiero recordar a Carlos Fabra, el tuerto, el que ganaba siempre la lotería con lo cual blanqueaba el dinero irregular, comprando billetes premiados. Solo le faltaba la pata de palo para ser un pirata perfecto. La lista es interminable, y seguramente se alargará mas, porque los que están prisión comenzarán a hablar para salir de ella y lograr una condena menor. Y ¿qué pasará con Bárcenas?

Se trata de una bomba de tiempo, y sobre todo de que tipo de pactos hay entre el propio Bárcenas y el PP y la fiscalía. Ya lo veremos.

La cloaca máxima deberá trabajar a pleno rendimiento; hay mucha pestilencia para desaguar.

comentarios

  1. Los romanos en eso de las cloacas no obraban correctamente, porque hubieran debido utilizar baños secos que, con un poco de serrín o paja encima de las deposiciones, se inodorizan para no tener que retirarlas de inmediato en pro de acumular para después compostar esos residuos sólidos para hacer humus de lombriz (el abono natural que se debería utilizar en vez de pesticidas y agrotóxicos que tanto daño nos están generando y tantas ganancias a esos ecocidas y genocidas de las grandes transnacionales y sus gobernantes) y al tiempo producir enormes cantidades de lombrices como alimento ideal para las aves de corral, en vez de alimentarlas fundamentalmente a grano por muy naturales que fuesen los piensos, y a comer huevos sin temor al colesterol.

    Los otros güevos y ovarios se deberían cortar para evitar que proliferen los de esa especie parásita.

  2. Lo de moralizarnos al pueblo los inmorales no hace mucho en la historia se lo encargaban a los "hombres" de iglesia (el entrecomillado porque parece ser que hay entre ellos mucho pederasta y afines, cuando no ritos satánicos como los de el caso "Bar España").

    En cuanto que el darse golpes de pecho para confundir al rebaño era cosa de los fariseos de las diversas religiones (católicos, etc.).

    Realmente el silencio de los corderos y/o su pusilanimidad posibilitan el predominio de los psicópatas sobre la gente moralmente sana.

    Realmente el silencio de los corderos y/o su pusilanimidad posibilitan el predominio de los psicópatas sobre la gente moralmente más sana.

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