Israel amenaza a Siria con continuar los ataques aéreos

En otoño de 2015, coincidiendo con su intervención en la Guerra de Siria, los ejércitos de Rusia e Israel llegaron a un acuerdo para evitar choques fortuitos de los aviones de ambos países.

Pero la ecuación ha empezado a cambiar sustancialmente. Esta primavera la precavida intervención de Israel en Siria en apoyo de los yihadistas se ha tornado en el bombardeo de las posiciones del ejército regular en varios frentes. La excusa invocada, impedir el rearme de Hezbollah, no es creíble.

El 22 de marzo un misil sirio S-200 derribó un caza isaraelí que regresaba de Palmira y otro fue contrarrestado. Sus restos aparecieron en Jordania.

Por primera vez desde el inicio de la guerra en 2011 Israel ha reconocido su participación directa y el embajador en Moscú fue llamado a dar explicaciones en el Kremlin. El embajador sirio en la ONU, Bashar Al-Jaafari, ha dicho que el derribo del avión israelí ha cambiado el vínculo tradicional con Rusia.

“Rusia ha advertido a Israel que no tiene las manos libres en el cielo sirio”, ha dicho Jaafari, pero el antiguo embajador israelí en Washington, Daniel Shapiro, lo ha explicado mucho mejor en su cuenta personal de Twitter: “Las fronteras entre Israel y Siria están allá donde comienza y acaba la influencia de Putin en Oriente Medio. Es el inmenso desafío al que se enfrenta Donald Trump”.

Esa invocada “influencia de Putin” se llama Irán, cuyo Primer Ministro está ahora mismo en Moscú para hablar -precisamente- de este mismo asunto.

Acostumbrados a hacer de su capa un sayo desde hace medio siglo, Israel ha expresado que los ataques aáreos contra Siria continuarán y el ministro de Asuntos Exteriores ha amenazado con destruir las defensas antiaéreas sirias.

Ya sólo queda averiguar si Rusia lo va a admitir. De momento Netanyahu ha admitido en Pekín que Rusia no ha modificado ni un ápice su posición respecto a Israel. Pero si así fuera, no es posible entender que los sirios hayan derribado un avión israelí. Eso nunca hubiera sido posible sin el aval previo de Rusia.

Habría que añadir aquí que, por el contrario, las incursiones de la aviación israelí sobre Siria no necesitan el aval ruso y que si lo hubieran solicitado, no lo habrían obtenido.

En el futuro cabe esperar que si los ataques de la aviación israelí contra Siria continúan, como amenazan, el coste irá en aumento. Recientemente un oficial del ejército sirio murió a causa del ataque de un dron israelí; luego la defensa antiaérea siria derribó otro dron israelí en el sur de Siria.

comentario

  1. Me da que van a tener ser otra vez los rusos los que tengan que parar la prepotencia imperialista occidental y mucho me temo que a grande costo para la sufrida Rusia.

    A la URSS debemos (sin duda alguna por mi parte y con ella también a Rusia), el que los nazis: y con ellos el capitalismo occidental que les apoyó con su forma de proceder y recursos, no hayan podido imponer al mundo su proyecto de dominación, como si no fuese bastante la mierda que ya hemos tenido que tragar estos dos últimos milenios, tras la caída del noble proyecto greco-latino de una sociedad de derechos auténtica, a manos de los católicos del imperio, imperio que lamentablemente llevaba dentro de sí esa mala semilla (como sucedió en el imperio inca, etc., etc.), semilla que a lo que parece es prácticamente imposible de erradicar, dada la mala condición de la raza humana.

    Se están haciendo los amos, estos desalmados, y me temo que van a acabar por conseguirlo, ya que no paran en mientes ni en medios de cara a la consecución de sus fines.

    Menos mal que ahora tenemos a Podemos, que van a poder solucionarnos todo, o al menos eso creí oír cuando nació el poderoso Podemos. ¿Habrá que dejarle la coleta al coletas para que no pierda su fuerza si se la cortan, como le sucedió, dicen, al pobre Sansón? Ya que si este poderío de Podemos fallase, yo no le veo solución posible al asunto, con señores del instante histórico y por tanto de corta visión.

    Buena cabeza la que llevamos sobre nuestros hombros, forjada a base de religión y televisión (es decir, por el poder mediático al uso que nos llega a nuestros domicilios con nosotros cómodamente apoltronados cual si de "El mundo feliz" se tratase lo que vivimos, del que lamentablemente para mí me veo excluido desde que hace largos años largué mi TV a hacer puñetas por mi mala cabeza, y ello pese a lo bonito que es ver en pantallas panorámicas tan lindas cosas a todo color. Y desde entonces que ya no reza para mí el: "Viva usted sus sensaciones a través de la interpretación de los diversos protagonistas de prensa, radio y televisión, cómodamente apoltronado en su sillón, con reposa codos para mayor comodidad" y pasé a ser como aquellos salvajes a los que estigmatizar por no estar debidamente normados al igual que la mayor parte del resto social.

    No pasa nada. Así la gente normal puede, por contraposición, sentirse como lo que son o, más bien, como lo que creen ser. Mas yo, ateo que soy, ya no creo en nada o en muy poco, debido a que todos somos pollinas y borricas, ellas como nosotros, inclusive los sabios, ya ni creo en el dios de la ciencia que se nos imparte desde ciertas catedrales, por doctores de grande renombre (la pucha que los tiró, que en lo concerniente a la salud laboran para concedernos en breve plazo la inmortalidad aquí y después ya me dirán ustedes en dónde vamos a meter a tanto ganado (perdonen mi ocasional tendencia a hablar como si fuese un hombre de iglesia −no digo varón porque eso sería algo muy fuerte e improcedente- y les trate de ganado como pastor de ovejas, ¡ejem! ¡Ya!

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