Estrategia y táctica de la batalla de Raqqa contra el Califato Islámico

Las tropas de Estados Unidos y sus aliados kurdos en las FDS están obteniendo importantes victorias en la provincia de Raqqa, en el centro de Siria. Su avance va precedido del apoyo aéreo de la aviación estadounidense, pero han capturado el aeropuerto militar de Tabqa, de donde las milicias del Califato Islámico se han retirado; también han tomado el pantano del Éufrates y las localidades cercanas a Raqqa.

Mientras tanto, las del ejército de Siria parecen estancadas. Es verdad que el avance de Estados Unidos y los kurdos no tiene ningún contenido estratégico y que sólo adquirirán ese carácter cuando tomen el control de la capital del Califato Islámico, lo que les reportará un enorme publicidad en todo el mundo por su “guerra contra el terrorismo” que se ellos s encargarán de amplificar.

Pero no va a ser tan sencillo. Aunque no cabe descartar que el Pentágono logre convencer al Califato Islámico de que abandone Raqqa por las buenas, en última instancia dicha localidad es el último bastión que les queda a los yihadistas, tras la caída de Mosul.

Si los yihadistas oponen resistencia a su desalojo, Washington no podrá capturar la capital sólo con las fuerzas kurdas actuales. Tendrá que recurrir a fuerzas terrestres propias bastante mayores de las que hoy tiene desplegadas.

Lo mismo que Hassaka, Raqqa tampoco es una ciudad kurda y tras su captura lo que no va a ocurrir es lo único que debería: que la ciudad sea entregada al gobierno de Damasco.

Los indicios que hay son muy feos. El PKK-PYD aún no ha explicado, ni siquiera a sus propias fuerzas, los motivos de su empeño en capturarla y el costo en vidas humanas que eso les va a suponer. Es posible que lo mismo que en otras localidades de Irak, el PKK-PYD trate de anexionarse Raqqa para incorporarla al santuario libertario de Rojava, expulsar a la población árabe, derribar sus viviendas y realojar a los kurdos en ellas.

Si los ataques de la aviación estadounidense contra Raqqa son similares a los de Mosul, van a provocar una carnicería entre la población árabe. Es muy posible que sea eso lo que persigan: forzar a los árabes a desalojar sus viviendas con bombardeos masivos, para imponer una limpieza étnica.

El resto de Siria debería acoger a una numerosa población árabe de refugiados desplazada de sus hogares, derrotada por los kurdos y resentida contra ellos, el escenario ideal para redibujar fronteras, crear nuevos “Estados fallidos” que necesiten llamar al Pentágono en su auxilio cada dos o tres años.

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