Estados Unidos fabrica nuevos núcleos de plutonio para sus bombas nucleares

El rearme experimenta un resurgimiento mundial, impulsado por la Guerra de Ucrania y las crecientes presiones imperialistas. La innovación tecnológica, particularmente en el campo de los drones, está redefiniendo las tácticas militares, aunque la escalada militarista choca con los recortes presupuestarios.

En este contexto, Estados Unidos acaba de relanzar la producción de componentes esenciales para sus armas nucleares. Después de una pausa de tres décadas, la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) anunció la fabricación del primer núcleo de plutonio para el programa de modificación de la W87-1, una versión modernizada de la ojiva W87, que fue diseñada para ser utilizada en misiles balísticos intercontinentales como el LGM-30 Minuteman III.

Los núcleos de plutonio, un elemento crucial de las ojivas nucleares, no se producían desde 1989. Su reintroducción en el arsenal estadounidense tiene como objetivo modernizar los misiles balísticos intercontinentales, el pilar terrestre de la tríada nuclear del país. Este ambicioso proyecto no se limita a la simple producción de un componente; simboliza el deseo de Estados Unidos de mantener y fortalecer su hegermonía en la escena nuclear mundial.

La reanudación de la producción es un desafío técnico considerable. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos tenía capacidad para fabricar cientos de estos núcleos anualmente. Hoy la NNSA se fija el objetivo de restablecer una producción mínima de 80 unidades al año, una tarea que requiere reconstruir las habilidades y la infraestructura perdidas desde el final de la Guerra Fría.

El proyecto ha supuestgo ocho años de estrecha colaboración entre varias instituciones del complejo militar industrial, en particular los laboratorios Lawrence Livermore y Los Alamos. Esta sinergia ha permitido desarrollar procesos de calificación y certificación que cumplen con los cánones de calidad militar, aunque la cuestión va más allá de la simple producción: se trata de garantizar la fiabilidad y eficacia de todo el arsenal nuclear estadounidense.

La decisión de reiniciar esta producción es parte de una estrategia más amplia para modernizar las fuerzas nucleares. Los nuevos núcleos de plutonio están destinados a equipar los futuros misiles balísticos intercontinentales Sentinel, sucesores del obsoleto Minuteman III. Esta mejora tecnológica tiene como objetivo mantener la supremacía de la disuasión nuclear frente a los avances de otras potencias nucleares.

Sin embargo, la iniciativa plantea interrogantes sobre sus repercusiones a escala internacional. Es una señal de intensificación de la carrera armamentista nuclear, que impulsará a otros países a seguir el mismo camino. Las implicaciones diplomáticas y estratégicas de la decisión estadounidense corren el riesgo de remodelar las discusiones sobre desarme y no proliferación nuclear en los años venideros… si se reanudan, lo cual está por ver.

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