Tras la invasión de Irak, Estados Unidos anunció a los cuatro vientos que el petróleo volvería al pueblo irakí. Pero durante seis meses Fairfax Media y el Huffington Post han llevado a cabo una investigación, titulada “Fábrica de la corrupción mundial”, que muestra todo lo contrario: el petróleo está bajo el imperio de las mordidas.
La empresa Unaoil está en manos del clan Arsani, muy cercanos a la “jet set”, los podridos y decadentes círculos de las últimas monarquías que quedan en el mundo. Tras, la invasión imperialista, se encargan de adjudicar los contratos petrolíferos de Irak a través de una densa red de intermediarios para que el saqueo pase desapercibido.
Unaoil no figura entre los grandes monopolios petrolíferos internacionales, pero a su alrededor se mueven las multinacionales estadounidenses, europeas y australianas. El negocio es del orden de varios miles de millones de dólares, que acaban en los libros de contabilidad de Samsung, Hyundai, Rolls Royce, Halliburton y otras, como la rama offshore del grupo australiano Leighton Hold.
Un periodista tendió una trampa a los buitres publicando un anuncio inmobiliario en el diario francés Le Figaro. De esa manera logró cientos de miles de correos electrónicos internos del clan Arsani. Es la mayor filtración de archivos de la historia de la industria petrolera.
El periódico Huffington Post habla de “traición” a los pueblos de Oriente Medio. En la cadena de corrupción que devora las materias primas de Irak, los dirigentes se han mostrado dispuestos a hablar a los periodistas de lo que saben… a cambio de más dinero.
Unaoil es una central de sobornos. Además de Irak, sus tentáculos se extienden a Libia, Kuwait, Irán, Kazajstán, Siria, Túnez y los Emiratos Árabes Unidos. Los países en guerra son su especialidad. En Yemen, pagó millones de dólares a una cuenta suiza perteneciente al empresario Haitham Alaini, hijo del ex primer ministro de Yemen. A cambio, Alaini utilizó sus contactos en el Yemen para ayudar a Unaoil.
El FBI ha iniciado una investigación sobre Unaoil conjuntamente con la policía australiana y británica.
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