El recurso al coronavirus oculta los verdaderos motivos de las muertes de los trabajadores de Estados Unidos

En Estados Unidos la atención médica es privada, por lo que la mitad del país, es decir, 160 millones de personas, sólo tiene médico si tiene trabajo.

Con la crisis económica 43 millones de trabajadores, además de perder su empleo, perderán también su seguro médico. En los últimos dos meses 33 millones de trabajadores ya están despedidos y no van a poder costearse la atención médica, ni ellos ni sus familiares.

Actualmente el porcentaje oficial de paro es del 14,7 por ciento, aunque algunos economistas calculan que, en realidad, está entre el 19 y el 23,6 por ciento, si tenemos en cuenta el número de los que han perdido su trabajo en las últimas dos semanas, así como el número de los que no han solicitado el seguro de desempleo.

El mes pasado el Instituto de Política Económica estimó que 12,7 millones de trabajadores ya habían perdido el seguro médico asociado a su contrato de trabajo.

Como consecuencia de la crisis económica, los trabajadores y sus familiares no van a ser atendidos, salvo en los hospitales de la beneficencia que, hasta ahora, han sido un colchón, para paliar la atención médica de los parados, pero que resultan claramente insuficientes, dado el volumen de paro que se espera.

La atención médica en Estados Unidos no está preparada para soportar una recesión económica, según el doctor Adam Gaffney, presidente del Programa de Médicos para una Salud Nacional. “Es inevitable que la gente muera porque no pueden obtener la atención que necesitan debido a la recesión que se avecina”.

Las cifras de mortalidad se van a disparar y el recurso al coronavirus contribuirá a ocultar los verdaderos motivos de los fallecimientos, así como su naturaleza de clase.

La única pandemia es, pues, la crisis del capitalismo.

El mecanismo de ocultación lo expuso el secretario de Salud, Alex Azar, el mes pasado: el gobierno va a financiar la atención sanitaria a los enfermos de coronavirus, mientras que los demás no podrán acceder a la atención sanitaria.

Dado que el dinero va a parar a las grandes empresas aseguradoras, que cobran en función de los casos atendidos, tanto ellas como los enfermos están interesados en consignar que, en efecto, su dolencia tiene su origen en el virus.

Las cifras de la pandemia no dejarán de inflarse y la crisis del capitalismo no existe: estamos ante una recesión económica causada por un virus, que ha obligado al cierre de las empresas y bla, bla, bla, bla, bla….

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