En el sureste de Texas una avalancha de granizo destruyó gran parte de una enorme granja solar el 15 de marzo, poniendo de relieve los peligros de cambiar las fuentes de energía tradicionales por otras alternativas.
La posibilidad de fugas químicas de los paneles rotos también ha generado preocupación entre los vecinos. Los paneles solares estaban filtrando sustancias químicas, como el telururo de cadmio, que tiene graves riesgos para la salud de los seres humanos.
“Mi preocupación es el daño del granizo que atravesó y rompió estos paneles; ahora tenemos algunos productos químicos altamente tóxicos que podrían filtrarse a nuestras capas freáticas”, dijo un residente. “Los vecinos de la zona que tienen agua de pozo están preocupados porque los productos químicos ahora se están filtrando a nuestras capas freáticas”, añadió.
El Departamento de Salud Ambiental del Condado de Fort Bend está investigando el incidente y también se ha contactado a la Comisión de Calidad Ambiental de Texas con respecto a cualquier posible contaminación química, dijo el alcalde de Needville, Chad Nesvadba.
Las imágenes aéreas muestran los importantes daños sufridos por la granja Fighting Jays Solar en el condado de Fort Bend, Texas. La tormenta destrozó cientos de paneles solares en una zona donde el granizo es bastante frecuente.
Daniel Turner, director del grupo de vigilancia energética Power the Future, dijo que si la red eléctrica de Estados Unidos pasa a depender en gran medida de la energía solar, el suministro energético no estaría garantizado.
La granja solar, que alcanza los 350 MW, es un proyecto de Fighting Jays Solar, AP Solar Holdings, propiedad de una empresa danesa, Copenhagen Infrastructure Partners. Los paneles estaban fabricados en China a base de silicio y parece que no contenían telururo de cadmio, por lo que no había ningún riesgo para los vecinos ni el medio ambiente.
Sin embargo, la reconstrucción del parque solar dependerá de suministros chinos, algo que Estados Unidos pretende evitar a toda costa.