El Estado tiene derecho al secreto pero no los periodistas

Los países europeos y la propia Unión Europea marchan hacia el fascismo de manera acelerada, como se está viendo desde los confinamientos. Las banderas palestinas están probibidas y las manifestaciones de solidaridad también.

La libertad de expresión ha desaparecido y la Unión Europea presiona a las empresas tecnológicas para que censuren los contenidos de las derdes sociales. El periodismo nunca había caído tan bajo. Los reporteros indpendendientes son perseguidos, mientras los gacetilleros y los farsantes inundan las pantallas.

El 19 de septiembre la policía francesa llevó a cabo un registro en el domicilio de la periodista Ariane Lavrilleux, que trabaja para Disclose. El secreto profesional ya no existe y la policía se lleva correos electrónicos, documentos de trabajo e incluso notas escritas a mano.

Como en el caso de Assange, los medios se callan como perros. El juez avala el registro porque “está justificado por un imperativo de interés público”. Es la sacrosanta “defensa nacional”. El Estado tiene derecho al secreto, pero no los periodistas. En otras palabras, un Estado tiene derecho a hacer lo que le de la gana, dentro y fuera de la ley, siempre que nadie se entere.

A la periodista la detienen, así como a un antiguo soldado, acusado de ser el informante. La investigación se inicia en enero de 2021 con dos denuncias presentadas por el Ministerio de las Fuerzas Armadas porque un artículo de la periodista permite la identificación de agentes de inteligencia, dice el fiscal.

El artículo afirmaba que la Operación Sirli del espionaje francés, iniciada en febrero de 2016 en colaboración con Egipto y en nombre de la “lucha contra el terrorismo”, había sido utiliza por el gobierno egipcio para llevar a cabo ataques aéreos contra contrabandistas en la frontera entre Egipto y Libia.

Para entender el contexto hay que tener encuenta la guerra en Libia, donde Egipto apoya a una de las facciones en disputa. La ONU impone un embargo de armas en el país y Egipto cuida de que no lleguen armas a los adversarios… mientras arma a los suyos.

El tránsito de armas a Libia es contrabando y Egipto pide ayuda a Francia y a sus espías e una misión que, inicialmente, es sólo para obtener información… pero acaba en una operación de guerra contra el bando adversario (*).

Según documentos obtenidos por Disclose, las fuerzas francesas estuvieron involucradas en al menos 19 bombardeos contra civiles entre 2016 y 2018 en la frontera entre Libia y Egipto. Además de Egipto, que hace intermediario, también Francia ha tomado partido en la Guerra de Libia y participa en matanzas contra civiles.

Eso es lo que los policías, los jueces y los fiscales franceses no quieren que trascienda para seguir engañando al mundo entero.

(*) https://www.lepoint.fr/monde/l-egypte-detourne-une-aide-militaire-francaise-paris-ferme-les-yeux-21-11-2021-2453061_24.php

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