El ejército de Mali captura el bastión de los tuaregs

En un mensaje dirigido al país, el Presidente de Mali, el coronel Assimi Goita, anunció ayer la liberación de Kidal a través de su cuenta en X/Twitter. “Queridos compatriotas, en aplicación de la resolución 2690 (2023) de la ONU, hoy 14/11/23, gracias a Alá, gracias al coraje y la determinación de nuestras FAMA [ejército maliense], hace unos días se llevó a cabo una incursión en Kidal y [hemos] causado grandes pérdidas al GAT [movimiento tuareg]”, declaró.

El Presidente del gobierno de transición recordó que la operación aún no ha terminado y que su objetivo es recuperar y asegurar la integridad del territorio, de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. “La ocupación de Kidal por nuestras fuerzas armadas y de seguridad representa un hito importante en esta búsqueda para restaurar la estabilidad y la soberanía en Mali”, afirmó.

El coronel rindió homenaje a las víctimas civiles y militares, destacando el sacrificio de quienes cayeron en el campo de batalla. También elogió la reacción del pueblo maliense ante los desafíos militares. La asistencia militar rusa queda en un segundo plano, pero su apoyo militar contrasta poderosamente con la estéril intervención militar francesa durante más de una década.

En las redes sociales los partidarios del coronel Goita muestran su alegría, mientras los “expertos” se han quedado estupefactos. Los tuaregs no pudieron ser desalojados con la “ayuda” de Francia, pero el ejército maliense ha obrado el “milagro” por sí solo. Lo que no se pudo lograr en diez años, se ha logrado en diez meses.

Los medios de comunicación internacionales no son capaces de explicarlo y recurren a los “analistas” y “observadores”. Sus pronósticos predijeron el fracaso, subestimando la capacidad de las tropas malienses en su lucha contra el MNLA. Los africanos no son capaces de lograr nada sin la “ayuda” de sus amos colonialistas. El ejército francés era la red de seguridad de los países de la región. Los países del Sahel, incluido Mali, se verían obligados a recurrir nuevamente a los colonialistas cuando estuvieran en apuros.

Una onda expansiva en el Sahel

El presidente burkinés, Ibrahim Traoré, aliado de Mali, ha expresado su admiración y apoyo a Goita y su gobierno. Destaca su compromiso por un Malí libre y soberano, subraya la importancia de la victoria en la lucha contra el terrorismo y para el desarrollo del Sahel.

El éxito militar cuestiona la percepción de dependencia de los ejércitos africanos de la ayuda militar francesa. Los ejércitos de Mali y Burkina Faso han declarado su intención de no seguir dependiendo de Francia, invirtiendo masivamente en la adquisición de equipamiento militar, entrenamiento y reclutamiento de tropas.

En el Sahel las estrategias de defensa caminan hacia la autonomía militar. La reconquista de Kidal por las tropas malienses demuestra que los africanos pueden combatir eficazmente a las milicias armadas. Reafirma la capacidad de los ejércitos africanos para llevar a cabo operaciones exitosas sin depender de la ayuda exterior.

No es sólo una victoria militar; es una respuesta a los que dudaban de la capacidad de Mali para defenderse. Marca un punto de inflexión en la percepción de la seguridad en el Sahel y en el papel de los actores regionales e internacionales.

Rusia: en la cresta de la ola

Las dos cumbres entre África y Rusia y la victgoria en Kidal han fortalecido las relaciones mutuas. Los países africanos quieren comprar armas, pero también producirlas en su propio territorio como parte de la cooperación militar y técnica con Rusia, según Alexander Mijeiev, director de Rosoboronexport, el instituto ruso de exportación de armamento.

Varios países africanos mantienen conversaciones con Rosoboronexport con miras a crear empresas conjuntas para fabricar municiones y vehículos blindados, dijo Mijeiev durante la feria aérea Dubai Airshow 2023.

“Hay una demanda muy fuerte de diferentes tipos de equipos. Cada país [africano] tiene una visión diferente: algunos necesitan sistemas de defensa aérea, otros armas ligeras, incluso con la tendencia a la localización de la producción y la creación de conjuntos proyectos para el mantenimiento. También se trata de municiones, la posibilidad de participar en la producción de nuestras plataformas blindadas utilizando empresas locales”, dijo.

Según él, los socios africanos apuestan por la localización de la producción de armas, sobre todo porque buscan reducir el paro en sus respectivos países.

Mijeiev dijo que el trabajo con los países africanos en materia de cooperación técnico-militar se intensificó especialmente después de la segunda cumbre entre Rusia y África en San Petersburgo.

“La cumbre anterior de 2019 en Sochi sumó más de 11.000 millones de dólares en contratos firmados y pagados. Ese año, en San Petersburgo, tuvimos consultas muy serias con jefes de Estado o con ministros de Defensa, que continuaron mucho después de la cumbre. Hay una demanda muy fuerte de diferentes tipos de equipos”, señaló.

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