El ejército de Corea de norte asesora a Siria para el ataque a Idlib

El jueves una unidad de ingenieros de artillería del ejército de Corea del norte inspeccionó, a petición del gobierno sirio, la zona alrededor de la línea entre el último puesto de observación militar sirio y la zona desmilitarizada de Idlib, donde los yihadistas esperan un ataque inminente.

El ejército sirio prepara una operación militar en el sudeste de la provincia y los artilleros norcoreanos se han encargado del plan de ataque a las posiciones yihadistas a fin de destruir el armamento pesado de Al-Qaeda.

Los militares norcoreanos estuvieron acompañados por miembros de la Guardia Republicana Siria y artilleros experimentados. La operación estará dirigida por las Fuerzas Tigre, una unidad de élite del ejército sirio, actualmente desplegada en el Aeropuerto Militar de Abu Dhuhur, al sureste de Idlib.

Damasco se enfrenta actualmente a dos grandes retos, de los que el enclave yihadista de Idlib es el primero. El otro son los campamentos militares de la Marina estadounidense, pero también de las fuerzas especiales francesas, italianas y británicas en las costas septentrionales del Éufrates hasta las fronteras sirio-jordanas e irakíes.

De estos campos, dos representan una amenaza directa para Siria. Uno es Al-Rokab, disfrazado de campo de refugiados en la frontera jordana y utilizado para reclutar, entrenar y lanzar nuevas oleadas de yihadistas.

El otro es la base de Al-Tanf, donde las fuerzas estadounidenses e israelíes se han agrupado bajo la protección del aparato militar que los imperialistas tienen en Irak y Jordania.

Esta base está rodeada por todas partes por milicias sirias e iraníes, que no se acercan a menos de 70 kilómetros de ella. Todos los intentos de aproximación anteriores han dado como resultado una fuerte respuesta aérea en un entorno desértico abierto, lo que deja muy pocas posibilidades para los atacantes.

Los campos del extremo norte no representan un peligro para Damasco porque forman parte del futuro de la cuestión kurda, que quedará como una de las cartas de la posguerra con la que Damasco tendrá que lidiar.

El problema inminente es Idlib, donde los yihadistas no han abandonado su armamento pesado y han aprovechado la tregua para consolidar y reforzar sus fortificaciones con la ayuda de los asesores militares de la OTAN.

El ejército sirio ha cerrado el puente Morek después de que los yihadistas atacaran sus posiciones para provocar un contrataque y justificar la ruptura de los Acuerdos de Sochi de setiembre.

Al mismo tiempos, el bloqueo del puente Morek es también una medida para preparar la próxima operación de seguridad en el sudeste de Idlib.

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