El ejército alemán planeó un ataque contra Rusia en Crimea

Desde su estallido hace dos años, la Guerra de Ucrania sigue siendo un importante punto de fricción en el escenario internacional, en el que participan no solo los ejércitos ucraniano y ruso, sino que también involucra directamente a las potencias occidentales por numerosas vías, entre ellas el apoyo militar y las sanciones económicas.

Además, las repercusiones de la guerra se extienden mucho más allá de las fronteras de Ucrania y afectan a la economía y la política internacionales. La reciente revelación de información confidencial interceptada por Rusia no hace más que exacerbar la complejidad de la situación, poniendo de relieve los desafíos diplomáticos que enfrentan ciertos países europeos.

El 19 de febrero los medios de comunicación rusos difundieron extractos de una reunión confidencial dentro del ejército alemán. La grabación, que dura 40 minutos. En la conversación participan el general de brigada Frank Graefe, jefe del departamento de operaciones y ejercicios del Comando de la Fuerza Aérea de la Bundeswehr, el teniente general Ingo Gerhartz, inspector de la Fuerza Aérea y los oficiales de operaciones aéreas Stephan Fenske y Frostedte.

Se les escucha discutir los planes para atacar a Rusia en Crimea con misiles de crucero Taurus, para lo cual deben desplegarlos previamente en Ucrania.

El gobierno alemán ha quedado con el culo al aire porque hasta ahora el canciller Olaf Scholz se había mostrado reacio a suministrar misiles Taurus a Ucrania por razones operativas.

El gobierno de Berlín ha ordenado abrir una investigación por parte de los servicios de inteligencia militar para comprender el alcance de la filtración. Naturalmente, lo que van a investigar es la filtración, no el que altos militares alemanes hayan planeado un ataque contra el puente de Kersh.

La voladura del gasoducto Nord Stream ya dejó claro que el gobierno alemán no tiene ningún interés por aclarar nada, sino por taparlo todo. “Desde el principio debemos tener mucho cuidado para evitar que nos puedan involucrar en el conflicto”, dice el general Graefe.

Además de discutir sobre la efectividad de los misiles Taurus, los militares alemanes proponen la posibilidad de lanzarlos contra el puente de Kersh, mostrando que el ejército ucraniano no es capaz de llevar a cabo tal operación sin el apoyo directo de Alemania.

La situación se complica aún más por las declaraciones sobre la posible participación de otros países de la OTAN, en particular Reino Unido, en el apoyo a las operaciones militares ucranianas, lo que ha provocado fuertes tensiones diplomáticas.

La filtración también revela una coordinación más estrecha entre los padrinos de Ucrania de lo que habían admitido públicamente hasta ahora.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso exigió aclaraciones al gobierno alemán tras la filtración, lo que coloca a Berlín en una posición delicada en el escenario internacional. La portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajarova, subrayó que cualquier intento de Alemania de eludir estas preguntas sería visto como una admisión de culpa.

Por lo demás, la captación de los mensajes no fue nada complicada porque los oficiales alemanes hablan por videoconferencia, facilitando así la tarea al espionaje ruso.

La revista Der Spiegel reconoce fallos importantes dentro del ejército alemán que podrían tener importantes repercusiones políticas y militares.

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