El CNI incluye a mpr21.info entre los medios objeto de «seguimiento» por su «narrativa antiglobalista»

El Centro Nacional de Inteligencia, a través del Centro Criptológico Nacional, ha incluido a mpr21.info entre 150 portales analizados que constituyen un riesgo para la seguridad nacional por su intencionalidad de «erosionar la credibilidad de las instituciones públicas», según un informe de su unidad de cibervigilancia, conocido como ELISA.

Esta unidad, que actúa bajo el paraguas del Real Decreto 421/2004 de creación del Centro Criptológico, fue lanzada al público con la finalidad de establecer tachas a determinadas fuentes de información que, según su criterio, constituyen potenciales amenazas a la seguridad nacional de España. El informe publicado el 30 de septiembre de este año, del que se ha dado conocimiento de un breve extracto a modo de presentación, afirma haber analizado 150 páginas web españolas con contenidos «potencialmente peligrosos».

Webs independentistas o de la «derecha antisistema»

La horquilla de medios que abarcan este sesudo análisis van desde medios de comunicación de la «derecha antisistema» a webs «pro iraníes», «pro venezuela» u organizaciones independentistas, según las etiquetas atribuidas por ELISA.

Se trata de un servicio que el CNI presta a «usuarios registrados en el portal del CCN-CERT que, bajo demanda, la soliciten justificando el empleo de dicha solución«, y que tiene entre sus potenciales clientes a las llamadas «agencias de verificación» más conocidas como Maldita.es o Newtral, que publican lo que los servicios de inteligencia les indican que es «verdadero» o «falso».

Investigaciones prospectivas prohibidas

Con esto el CNI elabora mediante medotodologías prospectivas, prohibidas con carácter general para cualquier organismo o autoridad pública en España, una monitorización de publicaciones y redes sociales, a los que etiquetan mediante «agregadores de confianza». De esta forma, los cibervigilantes pueden censurar aquellas informaciones que van nutriendo un «Registro de fuentes dañinas» (nombre literal), mientras que ensalzan las que provienen de «fuentes confiables», que suelen ser las grandes corporaciones de la comunicación que operan en España.

Periódicamente, esta unidad va proporcionando al Poder Ejecutivo, y de acuerdo al organigrama del CNI, informes periódicos que sirvan para elaborar la política de seguridad del Estado.

mpr21.info, fuente de desinformación

En el caso de mpr21.info, los espías la han incluido entre las «fuentes de desinformación» que promueven la crítica a organismos multilaterales y que se encajan dentro de lo que ellos llaman el «antiglobalismo», añadiendo una captura de pantalla de un artículo publicado en esta web que analiza la narrativa utilizada por muchos gobiernos en lo que respecta a la crisis del COVID-19 y sus semejanzas a la utilizada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

La central de inteligencia ubica a mpr21.info entre los medios de «extrema izquierda» con contenido «potencialmente peligroso» para la seguridad nacional, y lo clasifica junto a la agencia de noticias rusa Sputnik News, para luego mezclarla con webs fascistas como la del partido neonazi Democracia Nacional o algunos blogs ligados al «terraplanismo».

El antecedente: la ley de prensa del franquismo

El antecedente de este accionar tiene su origen más directo en en el artículo 1 de la Lev de Prensa de 1966, firmada por Franco, que establecía «la verdad» como «límite infranqueable» de la libertad de expresión.

Uno de los argumentos más manidos por el franquismo para prohibir informaciones era aquel cuya fuente provenía de medios que no formaban parte del elenco de la oficialidad, lo que suponía añadir un argu­mento más para legitimar la puesta fuera de la ley de grupos ideológicos no afectos al Régimen.

Y es que de acuerdo a la lógica que ahora ha rescatado el CNI, tienen presunción de veracidad los comunicados oficiales o aquellos que provengan de «fuentes confiables» (El País, La Razón, ABC, etc.), de suerte tal que si una noticia publicada.en una web no coin­cide con la información oficial, puede llegar a infringir el ordenamiento jurídico, «al ser un peligro potencial para la seguridad nacional».

Bastaría con que el servicio secreto remitiera oficios a diferentes órganos judiciales con el resultado de sus «pesquisas», para que un juzgado o fiscalía abriera inclusive diligencias de investigación, si es que no lo han hecho ya.

Los ejemplos de las revistas Crash o Ajoblanco

La ley franquista constituía en infracción «grave» «cualquier otra infracción de las disposiciones legales o reglamentarias cuando haya intención manifiesta de deformar la opinión pública, se produzca con rei­teración o cause una perturbación grave y actual«. Más claramente; si se estima que una información no se corresponde con «la verdad», como efecto automático se entiende que desfigura la opinión públi­ca.

El CNI, con este mecanismo, ha restaurado el régimen de censura previa, y abre la veda legal para una intervención judicial de aquellos medios que, como mpr21.info, formen parte de su lista de «fuentes dañinas», como en otro tiempo lo fueron publicaciones como Crash, Ajoblanco o Punto y Hora de Euskal Herria, cuyas publicaciones fueron secuestradas tras su inclusión en listas de medios peligrosos.

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