El chiste no tenía gracia

Mahoma: «Es duro ser amado por gilipollas»
Faltaba Francia y, sin duda, el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo se convertirá en el 11-S francés, con todo lo que eso significa. Como suele ocurrir, se ha desatado una catarata de condenas de todos los colores, aunque no saben ni a quién condenan.

Las condenas son propias de dios y de los jueces, pero estos antes de condenar a nadie instruyen prolijos sumarios para esclarecer los hechos. Sin embargo, los que pronuncian condenas, lo mismo que dios, no necesitan nada de eso, no necesitan esclarecer nada. Sus juicios son sumarísimos. Son como el juicio final del que habla la Biblia.

Charlie Hebdo fue lanzada en 1969 y durante algunos años fue una herramienta de crítica política, ácida y sin concesiones, hasta que tuvo que cerrar en 1981. En 1992 François Mitterand la rescató subvencionándola con fondos reservados procedentes de la Presidencia de la República francesa. Se convirtió en una marioneta política que con Sarkozy viró hacia posiciones cada vez más abiertamente reaccionarias. En 1999 se pronunció a favor de la brutal agresión de la OTAN contra Serbia. La secretaria de Estado de la Juventud  en la época de Sarkozy, Jeannette Bougrab, era la pareja de Stéphane Charbonnier, director de la revista. En 2009 Sarkozy puso al frente de la cadena pública de televisión France Inter a Philippe Val, director de Charlie Hebdo desde su refundación en 1992. Fue un ascenso, suponemos que merecido.

La deriva de la revista es parte del reflujo imparable de Mayo del 68.Últimamente se había sumado a la legión islamofóbica, con continuas provocaciones hacia los islamistas, las más conocidas de las cuales fueron las 12 caricaturas de Mahoma que reprodujo en 2006 del diario ultraderechista danés Jyllands Posten. Fue un negocio redondo. La tirada de la revista saltó de 140.000 a 400.000 ejemplares.

En tono burlesco se había subtitulado a sí misma como «Charia Hebdo» por aquello de la «sharia» islámica. No se trataba de defender el sacrosanto laicismo republicano, porque en tal caso hubiera debido cargar también contra los cristianos, al menos con parecido fervor.

«El atentado contra Charlie Hebdo es a la vez un atentado a la libertad de prensa y una agresión contra la laicidad», dijo la fascista Marie Le Pen en noviembre de 2011 cuando los locales de la revista fueron incendiados por varios encapuchados.

Entonces sucedió lo mismo que ahora. Inmediatamente después del incendio el ministro del Interior Claude Guéant ya lo sabía todo. Era omnisciente como el mismísimo dios. Desde el primer minuto sabía que eran «islamistas radicales», algo que parece una redundancia. ¿Hay algún islamista que no sea radical? Pero el ministro Guéant añadió algo más: «Los cristianos no provocan incendios» (1).

¿De veras son así los cristianos? Veamos. En el pasado sabemos que no fue así y que han quemado de todo. La Inquisición, que era cristiana, incluso quemó vivas a las personas. En España sabemos que también es mentira y que -además de los bosques- han incendiado libros y librerías. En todo el mundo en 1988 los integristas cristianos realizaron actos de vandalismo por la proyección de la película «La última tentación de Cristo» de Martin Scorsese. En Francia el grupo integrista San Nicolás de Chardonnet quemó el cine Saint-Michel en el mismísimo centro de París.

Pero hay una clara diferencia en la presentación pública de los hechos -de los crímenes- según la confesión religiosa: si los incendios los cometen los cristianos nadie afirma que lo hacen porque son cristianos. En tal caso se les presenta como «delincuentes» vulgares y corrientes. Su religión la mantienen en un discreto segundo plano.

En julio de 2011 el noruego Anders Behring Breivik mató a tiros a 77 personas e hirió a otras 151, pero nadie relacionó la matanza con su defensa del «cristianismo identitario y anti-islámico», un aspecto que todos los medios pasaron por alto, a pesar de que escribió un manifiesto de 1.500 páginas en defensa de su religión, del nazismo, del racismo y el europeísmo.

Pero, ¿quién quemó en 2011 los locales de Charlie Hebdo? Nadie reivindicó nunca nada. ¿Fue como el atentado de Bruselas de hace unos meses?, ¿otra provocación de bandera falsa? Si el ministro del Interior lo sabía todo de antemano, ¿cómo es posible que tres años después la policía no haya detenido a nadie?

Significativamente entonces el diario «Le Monde» puso la palabra «atentado» entre comillas (2) y, en efecto, los rumores y conspiraciones abundan también en Francia. Hay quien dice que el incendio fue muy rentable para las maltrechas finanzas de la revista.

Hay quien dice que la policía detuvo entonces a  Charbonnier, el asesinado director de la publicación, que, lo mismo que la redacción, se encontraba bajo una «protección» policial que -curiosamente- no ha protegido nada.

Hay quien dice que el incendio lo cometió un comando pro-israelí, uno de los cuales sería miembro de la Liga de Defensa Judía que difunde vídeos antipalestinos en internet. El comando habría sido detenido, confesando su participación en el hecho (3). La noticia apreció en Wikistrike, pero les obligaron a retirarla inmediatamente (4). Por su parte, la Liga se defendió diciendo que se trataba de rumores difudidos por islamistas y propalestinos.

Con el mortífero atentado de ayer ocurre lo mismo: los que se creen dios y son como él lo saben todo, o al menos lo aparentan. La cadena israelí i24 dice que conoce la identidad de los autores, tres yihadistas franco-argelinos (5), uno de los cuales se entregó voluntariamente y los otros dos estaban sometidos con anterioridad a vigilancia de la policía.

Inaudito: en tres años de investigaciones la policía francesa no ha aclarado el incendio y en unas pocas horas ya sabe quién es el autor del tiroteo de ayer porque a pesar de la profesionalidad y frialdad con la que actuaron se olvidaron el DNI por el camino…

Bougrab, la pareja del director de la revista, ha asegurado a los medios que los atacantes habían sido «sistemáticamente protegidos por la policía» y que el asesinato se podía haber evitado. Lo debe conocer bien porque formó parte del gobierno en 2010. Por lo tanto, si se pudo haber evitado, ¿por qué no se evitó?

El atentado contra Charlie Hebdo es simétrico al 11-S en Nueva York. El responsable es el mismo: el imperialismo. Desde el golpe de Estado en Argelia en 1992, Francia es un país con una dilatada experiencia en la creación y manipulación de grupos fundamentalistas (6). Por lo tanto, los que condenan el atentado, ¿condenan al imperialismo?, ¿es eso lo que quieren decir o dicen otra cosa distinta?

Es ahora precisamente cuando conviene recordar algo que suele repetir la prensa chiíta de Oriente Medio: la inmensa mayoría de las víctimas de los fundamentalistas islámicos son los islamistas.

(1) http://rue89.nouvelobs.com/2011/11/02/gueant-les-integristes-chretiens-eux-ne-brulent-pas-ah-bon-226163
(2) Condamnation unanime de ‘l’attentat’ contre les locaux de ‘Charlie Hebdo’, http://www.lemonde.fr/actualite-medias/article/2011/11/02/condamnation-unanime-de-l-attentat-contre-les-locaux-de-charlie-hebdo_1597183_3236.html
(3) http://www.medialibre.eu/france/la-ldj-derriere-lattentat-de-charlie-hebdo/11405
(4) http://www.wikistrike.com/article-attentat-de-charlie-hebdo-un-des-suspects-de-l-incendie-actuellement-en-garde-a-vue-serait-membre-88295987.html
(5) http://www.i24news.tv/fr/actu/international/europe/56985-150107-fusillade-au-siege-de-charlie-hebdo-a-paris-des-victimes-temoins

(6) Cfr. El origen moderno del islamismo políticohttps://mpr21.info/2014/08/el-origen-moderno-del-islamismo-politico.html
Seguimos sin atentados en Francia. Tenemos hasta finales de enero para presentar sus felicitaciones

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