El chiste de la extinción de un millón de especies llega a la Cámara de Representantes de Estados Unidos

Tras el chiste difundido por el IPBES sobre la extinción de un millón de especies, que ya comentamos aquí, el 22 de mayo de 2019 la Cámara de Representantes de los Estados Unidos llamó a declarar a Patrick Moore, al que también hemos presentado en otra entrada.

En su informe Moore recuerda su pasado como fundador de Greenpeace y recuerda también el origen de las patrañas sobre la desaparición de especies en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, por la desaparición de las palomas mensajeras, dado el carácter militar que siempre han tenido estas aves.

Conocidos políticos seudoecologistas como Theodore Roosevelt, John Muir y Gifford Pinchot impulsaron la paranoia sobre las extinciones de especies, a las que se da un carácter masivo que no tienen.

En los 500 años transcurridos desde 1500, aseguró Moore ante los congresistas, se han documentado menos de 900 extinciones. Alrededor del 95 por ciento de ellas se encontraban en islas.

En 1999 National Geographic publicó un gráfico que mostraba las cinco extinciones masivas más importantes que han ocurrido en los últimos 600 millones de años. Del mismo se deduce que el número de familias taxonómicas ha seguido aumentando a pesar de desastres naturales como los impactos de asteroides y las erupciones volcánicas masivas.

De aquel gráfico procede el mito de “la sexta extinción”, a la que presentan como inminente y causada por los seres humanos, a pesar de que ninguna familia taxonómica se ha extinguido en los tiempos modernos, aseguró Moore. “No hay evidencia de que tal evento esté ocurriendo o incluso haya comenzado a ocurrir”, añadió.

Existen buenos estudios paleontológicos para las cinco principales extinciones en las que han desaparecido entre el 50 y el 90 por ciento de todas las especies existentes.

Las extinciones causadas por los seres humanos comenzaron a ser graves cuando nuestros antepasados dejaron África y colonizaron otras tierras. Las especies de esas regiones no se adaptaron a la presencia humana y muchas no sobrevivieron.

Australia hace 60.000 años, el Nuevo Mundo hace 15.000 años, Nueva Zelanda hace 1.200 años. Todas las islas colonizadas por europeos a partir de 1500 sufrieron extinciones debido principalmente a la caza excesiva, la introducción de especies depredadoras y enfermedades.

Según Moore, existen tres causas principales de extinción de especies por causas imputables a los seres humanos:

La primera es la caza excesiva de alimentos y la erradicación deliberada de plagas. El Dodo en Mauricio, la paloma mensajera, el perico caroliniano en el sur de Estados Unidos y el mastodonte son ejemplos típicos.

La segunda es la deforestación masiva de los ecosistemas autóctonos para la producción de alimentos y fibras. Se están cultivando grandes campos de maíz para producir biocombustibles. Grandes extensiones de tierra también han sido convertidas en plantaciones de aceite de palma para producir biodiesel. Lo mismo ocurre con las huertas solares industriales que cubren terrenos que pueden ser ricos en especies nativas.

La tercera es la introducción de depredadores exóticos, como ratas, gatos, zorros y serpientes, especialmente en las islas donde han sido la principal causa de extinción en los últimos siglos.

Luego Moore criticó el informe del IPBES según el cual hay 8 millones de especies de las que sólo 1,8 millones han sido identificadas y nombradas. El IPBES estima que hay 6,2 millones de especies no identificadas, de donde se desprende que un millón de especies desconocidas podrían desaparecer de la noche a la mañana sin que nos diéramos cuenta porque no sabríamos que existían.

Moore dice que ese análisis “no es muy profesional”. Los científicos no pueden estimar el número de especies amenazadas o extinguidas sobre la base de millones de especies cuya existencia no está documentada.

La UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), sostiene Moore, es la única organización internacional que, oficialmente, tiene naturaleza de observador en la Asamblea General de la ONU y experiencia en asuntos ambientales, en particular en biodiversidad, conservación de la naturaleza y uso sostenible de los recursos.

La UICN estima que menos de 28.000 especies están ahora amenazadas de extinción, mientras que la estimación del IPBES es de un millón. La estimación de la UICN se basa en especies reales con nombres latinos; la estimación del IPBES se basa en gran medida en especies desconocidas y no identificadas.

El informe del IPBES es en sí mismo, concluyó Moore, “una amenaza existencial para una política razonable de conservación de la biodiversidad”.

Más información:

– ¿Hay un millón de especies en peligro de extinción por culpa de los seres humanos?
– ¡Que viene el lobo!
– El mito de la biodiversidad
– Biodiversidad: cada día aparecen nuevas especies que no se conocían o se creían extinguidas

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