En China algunos gobernadores y alcaldes habían procedido de la manera habitual que conocemos en otros países más cercanos, tratando de impedir el acceso de los no vacunados a determinados lugares públicos.
El viernes de la semana pasada la Comisión Nacional de Salud, máxima autoridad sanitaria del país, ha tenido que reaccionar para impedirlo. La vacunación se debe llegar a cabo voluntariamente, sin recurrir a la coacción. El consentimiento debe ser libre e informado.
Una docena de provincias habían aprobado medidas coercitivas que han causando controversia en el país. La Comisión dijo que había intervenido para proporcionar asistencia y supervisión a los gobiernos que habían adoptado tales medidas.
En China la Ley de Prevención y Tratamiento de Enfermedades Infecciosas estipula que las personas sin contraindicaciones que tengan la edad suficiente para recibir la inyección deben ser vacunadas en la medida de lo posible, pero no menciona la obligatoriedad.
Sin embargo, los gobiernos locales han adoptado normas que prohíben a las personas no vacunadas la entrada en lugares públicos como hospitales, supermercados, restaurantes, lugares de ocio o instituciones públicas.
Algunas ciudades incluso habían regulado sus campus universitarios para exigir a los estudiantes y a los miembros de sus familias que se vacunaran lo antes posible, o de lo contrario no se les permitiría volver a la escuela en septiembre.
El gobierno del distrito de Tanghe, en la provincia central china de Henan, exigió a los funcionarios, incluidos los jubilados, que se vacunaran (a menos que tuvieran contraindicaciones) o no se les permitiría trabajar ni cobrar sus salarios. El gobierno del condado finalmente abandonó estas medidas.
En abril, la ciudad de Wanning, en la provincia de Hainan, restringió el acceso al transporte público a las personas vacunadas, antes de levantar la prohibición tras la intervención de la Comisión Nacional de Salud.
La Comisión central dice que no se puede socavar la confianza de la población. Sin embargo, algunos gobiernos locales pretenden continuar la campaña de vacunación a toda velocidad.
Hasta el viernes el país había administrado más de 1.400 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus, que cubren aproximadamente a la mitad de su población. China espera haber vacunado al 70 por ciento de la población para finales de año.