China abre el camino a la paz en Yemen

La guerra en Yemen parece estar llegando a su fin. La semana pasada los medios estadounidenses dijeron que se había alcanzado un alto el fuego que duraría hasta final de año, pero los huthíes lo han negado.

Pero en los círculos huthíes hay optimismo, creen que se puede llegar a un acuerdo y que la guerra está llegando a su fin. Los representantes saudíes van a viajar a Sanaa para discutir los términos de un alto el fuego permanente.

Lo novedoso es el papel de China y la ausencia total de Estados Unidos. Biden prometió poner fin a la guerra y, dos años después, es posible que China tenga que cumplir su promesa.

Décadas de política exterior militarizada de Estados Unidos en Oriente Medio han permitido que China desempeñe el papel de pacificador, mientras Washington ofrece garantías de seguridad, en las que nadie confía, y contratos de suministro de armas.

Estados Unidos siempre ha apoyado a Arabia saudí a distancia y se ha opuesto firmemente a los huthíes, que están respaldados por Irán.

Los saudíes parecen estar capitulando ante las exigencias de los huthíes, que incluyen abrir el puerto principal para permitir el ingreso de suministros esenciales al país, autorizar los vuelos a Sanaa y que el gobierno acceda a su moneda para pagar a los funcionarios.

Las concesiones saudíes, incluido el posible levantamiento del bloqueo y la salida de la guerra, demuestran que la prioridad de Riad es el desarrollo económico del país.

El acuerdo de Yemen está respaldado por el acercamiento entre Irán y Arabia saudí, también negociado por China. Los ministros de Asuntos Exteriores de Irán y Arabia saudí se reunieron en Pekín para restablecer los vuelos directos entre Riad y Teherán, reabrir embajadas y ampliar la cooperación económica.

El vuelco en Oriente Medio ha decepcionado a Washington. El director de la CIA, William Burns, salió corriendo a Riad para expresar su frustración a los saudíes.

Los sicarios locales de Riad en Yemen comparten esa misma frustración. Como los saudíes ya no les respaldan, no hay dinero y sin él no hay razones para seguir luchando.

La forma en que va a terminar la guerra también es importante para la campaña de imagen que tendrán que llevar a cabo los medios de comunicación. Parece que Estados Unidos y sus lacayos locales están perdiendo en todas partes: Ucrania, Yemen, Venezuela, Siria…

El llamado “gobierno legítimo de Yemen”, que Estados Unidos ha respaldado durante años, no era diferente de la camarilla de Guaidó o la oposición moderdada de Siria: una pandilla de vividores repartidos por los hoteles de lujo de Riad. De sus decretos no hacían caso ni los camareros.

El “gobierno legítimo de Yemen” fue el último en enterarse de que sus patrocinadores saudíes estaban a punto de cerrar un acuerdo con el enemigo. No hay final más triste que el de los sicarios.

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