Brigada Al-Quds: los combatientes palestinos que luchan contra el yihadismo en Alepo

Combatiente palestino de la Brigada Al-Quds
Esta mañana el general ruso Alexander Yurolov ha entregado la medalla del honor a Mohammed Mahmud Rafeh, comandante de la Brigada palestina Al-Quds por su heroico papel en la batalla de Alepo, donde combaten junto al ejército regular sirio y Hezbollah.

La Brigada comentó la condecoración en su página de Facebook, añadiendo que 9 de sus combatientes habían caído en el transcurso de las primeras operaciones para liberar el barrio de Al-Ramusah, situado en el sur de Alepo. Los palestinos se denominan a sí mismos como “fedayines del Ejército Árabe Sirio”, del que se consideran parte integrante.

La Brigada Al-Quds se formó en 2013 reclutando a sus combatientes especialmente en Al-Nirab, el mayor campo de refugiados palestinos en Siria después del de Yarmuk.

Uno de sus comandantes explicó a la cadena siria de televisión Al-Jabar que “desde el inicio de la crisis en Siria, los palestinos comprendieron bien que se trataba de destruir al Estado sirio y, con él, los campos que alojan a los palestinos. De ahí, nuestra decisión de organizarnos y luchar al lado del ejército sirio”.

En el campo de refugiados de Yarmuk, cerca de Damasco, 14 organizaciones palestinas diferentes han mostrado su apoyo al gobierno de Bashar Al-Assad. Esas organizaciones no olvidan el apoyo prestado por el gobierno de Damasco a Palestina y sus habitantes durante más de 40 años. En marzo de 2015 esas organizaciones pasaron a la acción y emprendieron la lucha contra los yihadistas.

La trascendental batalla de Alepo también ha incorporado refuerzos procedentes de varios países árabes que han pasado a apoyar al gobierno de Siria en un momento muy difícil. Decenas de movimientos populares y milicias, tanto sirias como extranjeras, conforman la gran coalición de combatientes contra el yihadismo que hoy luchan junto al ejército regular. Los milicianos que defienden a Siria se agruparon en 2011 al comienzo de la guerra y suman entre 150.000 y 200.000 combatientes. Entre ellos destaca el cuerpo de mujeres, las milicias del Ejército del Pueblo Kurdo, los “Leones del Desierto” iraníes, además de las ya experimentadas milicias de Hezbollah.

Junto a ellos combaten las Fuerzas de Defensa Nacional, creadas en 2012, que incluyen a unos 90.000 combatientes dispersos por todo el territorio de Siria bajo el mando del general de la brigada Hawash Mohammed.

Con sus afiliados el partido Baaz formó la milicia Kataeb Al-Baaz (Brigada Baaz) que dirige Hilal Hilal. La forman 10.000 hombres que han estado presentes en los frentes de Alepo y Damasco.

En defensa de Siria, al comienzo de la guerra los militantes del Partido Nacional Socialista crearon la milicia Nussur Al-Zaoubaa (Águilas de la Tormenta) que integra a 6.000 combatientes.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina, dirigido por Ahmed
Yibril, es otra organización palestina que lucha contra los yihadistas
junto al ejército regular sirio. El grueso de sus actividades se concentra en el
campo palestino de Yarmuk, situado al sur de Damasco.

Algunas unidades de milicianos están especializadas en emboscadas y operaciones guerrilleras, como Suqur Al-Sahraa (Halcones del Desierto), compuesta por 7.000 comandos entrenados por oficiales iraníes que luchan en el desierto al este de la provincia de Homs.

Otras milicias tienen un carácter local o de autodefensa contra los crímenes yihadistas, como el Grupo de la Resistencia Siria, una unidad de la provincia de Latakia bajo el mando de Ali Kayali o Jeish Al-Wafa (Ejército de la Lealtad), que se reclutó en la región de Ghouta Oriental, al este de Damasco y que al principio de la guerra se levantó contra el gobierno de Bashar Al-Assad.

La milicia Dareh Al-Areen (Escudo de la Guarida del León) la integran combatientes originarios de Qardaha, el pueblo ancestral de Bashar Al-Asad.

En la guerra combaten milicias confesionales como Dareh Al-Sahel (Escudo de la Costa), compuesta por cientos de militantes, en su mayoría alauitas, que defienden el frente de Latakia.

La milicia Dareh Al-Watan (Escudo de la Nación) es de confesión drusa y se creó en abril del año pasado con unos 2.000 combatientes.

La unidad Sotoro es un grupo cristiano de 500 combatientes que opera en la provincia de Hasakeh, en el noreste de Siria.


Junto a las fuerzas regulares también combaten contra el yihadismo milicias tribales creadas en el fragor mismo de la guerra, como Al-Majabir (El Comando), una fuerza de cientos de miembros de las tribus en la región del desierto Badiya.

Los combatientes de la tribu Shaitat son conocidos como Ussud Al-Sharqiya (Leones del Este) porque su frente está en la provincia oriental de Deir Ezzor. Se compone de 700 a 900 milicianos especialmente temidos por los yihadistas desde que en 2014 asesinaron a más de 900 miembros de esta tribu.

También hay unidades extranjeras que luchan junto a las sirias. La más conocida es Hezbollah pero, además, hay al menos 7.000 combatientes de la Guardia Revolucionaria de Irán que están desplegados en la provincia de Alepo. Son transportados a Siria por períodos cortos bajo un sistema de rotación.

Hay una unidad de 3.000 voluntarios irakíes, llamada Abu Al-Fadl Al-Abbas, que defienden el santuario chiíta de Sayyida Zeinab, al sur de Damasco.

Hay hasta 3.000 afganos fatimíes que han luchado contra los yihadistas en la provincia de Daraa, en el frente sur de Siria.

Otros grupos son más pintorescos, como Al-Hosn (El Fuerte), una empresa de seguridad fundada por Rami Makhlouf, primo de Bashar Al-Asad, que tiene 6.000 mercenarios contratados que han luchado en Damasco y Latakia.

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