Aniversario sangriento de la ‘independencia’ de Sudán del sur

Salva Kiir y Riek Machar
Los combates en Juba, la capital de Sudán del sur, entre los partidarios del presidente Salva Kiir y los del vicepresidente Riek Machar, no conocen tregua y han causado 150 muertos, a pasar de que el sábado se cumplió el quinto aniversario de la “independencia” del país.

En agosto del año pasado se firmó una breve tregua entre ambas facciones, que se combaten mutuamente desde diciembre de 2013. El país nace de una división sangrienta que ha conducido a otra, no menos sangrienta.

Sudán del sur es el Estado más joven del mundo. Si Sudán logró la independencia de Egipto, luego Sudán del sur logró la suya propia porque el imperialismo quiere imponer el minifundismo como medio de dominación en todo el mundo y, en particular, en la cuenca del Nilo, donde recursos naturales, como el petróleo, abundan.

Este año no ha habido ninguna celebración para recordar cinco amargos años de “independencia”. Si hubiera algo que celebrar no habría con qué hacerlo porque el hambre asola a la población.

El viernes por la noche se escucharon disparos en los alrededores del Palacio Presidencial en el que los cabecillas de las facciones enfrentadas se pusieron de acuerdo para lo único que son capaces: un comunicado oficial. El día anterior otro tiroteo mató a varios partidarios del presidente Kiir y al día siguiente se volvieron a escuchar disparos, ráfagas de ametralladora e incluso lanzamiento de obuses durante media hora.

El sábado un portavoz oficial del vicepresidente reconoció que los disparos había causado 150 muertos, aunque la cifra puede aumentar. Por su parte, los cabecillas no han dado explicaciones y califican los enfrentamientos de “desgraciados”, como si llovieran del cielo.

Durante el aniversario, las patrullas de soldados y milicianos recorrieron unas calles tan desérticas como las despensas de los sudaneses.

Desde la reanudación de los combates en diciembre de 2013, los muertos se cuentan por decenas de miles y el número de personas que vagan por los caminos huyendo de los tiroteos se calcula en tres millones. Uno de cada cinco ha abandonado su casa, su familia, su tierra y sus pertenencias. Otros cinco millones dependen de la ayuda exterior para sobrevivir.

El acuerdo “de paz” firmado el año pasado supuso el retorno del vicepresidente Machar a Juba y la formación de un gobierno de unidad nacional con su rival Kiir. Es papel mojado. En la calle los combates siguen. En junio, en Wau los combates obligaron a 88.000 personas a huir.

Wau se ha convertido en la segunda ciudad más importante del país después de que otras más grandes, como Malakal, Bor y Bentiu fuesen parcialmente destruidas durante la guerra.

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