A la caída de Wall Street le sigue la de la bolsa de Tokio

El hundimiento de Wall Street se extendió ayer a la Bolsa de Tokio, que cayó más de un 5 por ciento al cierre después de un largo fin de semana, ya que los inversores temían las múltiples incertidumbres políticas y económicas en Estados Unidos.

El índice de referencia Nikkei terminó con una caída del 5 por ciento, llegando hasta los 19.155.74 puntos, la más baja en 20 meses. Perdió más de 1.000 puntos, su peor caída desde el 6 de febrero, en un contexto de fuerte fortalecimiento del yen, un refugio seguro para las empresas exportadoras.

A principios de octubre, el Nikkei subió a casi 25.000 puntos, por lo que ha perdido más del 20 por ciento desde entonces. Este descenso sitúa al índice en la categoría de “mercado deprimido” o “mercado bajista”, en referencia al símbolo de un mercado deprimido, como el Nasdaq del viernes en Nueva York.

Los mercados bursátiles chinos también se pusieron en números rojos, aunque limitaron su caída por la tarde. Los índices compuestos de Shangai y Shenzhen cayeron casi un 1 por ciento.

Debido a la Navidad, Hong Kong estaba cerrado, así como las bolsas de Australia, India, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur y Corea del sur.

Según los corredores, hay muchas razones para la caída del mercado de valores: la desaceleración de la economía mundial, las consecuencias de la disputa comercial entre Pekín y Washington, el bloqueo presupuestario o cierre (“shutdown”) en Estados Unidos, que paraliza una parte del gobierno estadounidense.

Los temores cristalizan sobre todo en Washington, hasta el punto de que los dirigentes demócratas acusan a Trump de causar “caos” en el país.

El mercado de valores se hunde mientras el presidente está librando una guerra personal contra la Reserva Federal y destituye a su ministro de Defensa, el general Jim Mattis.

Trump no admite la política de la Reserva Federal de subir los tipos de interés y en un mensaje escribió: “El único el problema de nuestra economía es la Reserva Federal”. Por su parte, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, no se entiende con los directores de los seis principales bancos de Estados Unidos.

Además, los precios del petróleo se derriten más rápido que la nieve al sol. Los especuladores no se fían de las promesas de OPEP.

La burbuja de Trump, que había beneficiado a los mercados de valores estadounidenses y al dólar, está estallando, concluyó Mitsushige Akino, de la agencia de Bloomberg.

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