En lo que a las armas nucleares respecta, la propaganda imperialista le ha dado otro giro a la realidad. Otro más. Cada día asustan con el armamento nuclear ruso mientras despliegan el de la OTAN en Europa.
La OTAN ha llevado a cabo las maniobras nucleares “Steadfast Noon” en Europa que conciernen, en particular, a los aliados que participan en el programa nuclear de la Alianza. Las maniobras se basan en las bombas nucleares tácticas B-61, puestas a disposición de cinco países (Italia, Alemania, Bélgica, Turquía y Países Bajos) por Estados Unidos, según el llamado principio de la “doble llave”.
Los países anfitriones son responsables de proporcionar los cazabombarderos, mientras que el control de las bombas, y por tanto su código de armas, es responsabilidad exclusiva del ejército estadounidense.
En la base de Inçirlik, en Turquía, también hay bombas nucleares almacenadas, pero están a disposición de Estados Unidos, única y exclusivamente.
En 2012 el Pentágono puso en marcha el desarrollo de una nueva versión de la bomba B-61, la B-61-12 LEP. La producción comenzó el año pasado, después de más de nueve años de diseño, desarrollo, calificación y producción de componentes. Su finalización está prevista para 2026.
A diferencia de sus predecesoras, algunas de las cuales han estado en servicio desde los años setenta, la B-61-12 se puede lanzar tanto en modo “guiado”, con un equipo adicional, como en modo “no guiado”, lo que significa que el bombardero descarga sobre el objetivo por gravedad.
Según los planes originales, la B-61-12 LEP debía empezar a entregarse a los países miembros de la OTAN a partir de 2024. Sin embargo, la Guerra de Ucrania ha acelerado los planes del Pentágono. Los primeros B-61-12 se entregarán el próximo mes de diciembre.
En buena medida también es una campaña publicitaria que no cambiará la correlación estratégica, ya que sólo el F-15 Strike Eagle, el bombardero B-2 Spirit y el F-35A están cualificados -o en proceso de serlo- para llevar esta nueva bomba nuclear y son las únicas aeronaves capaces de lanzarlo en modo guiado.
En otras palabras, no basta tener la bomba nuclear sino que también es necesario el avión capaz de transportarla. Los países europeos tienen que comprar esos aviones a Estados Unidos. De los cinco países anfitriones, Italia y Países Bajos están recibiendo progresivamente los F-35A y F-35B que han comprado.
Es un negocio redondo porque los F-35 son aviones que funcionan peor que una escopeta de feria y Estados Unidos no habría logrado vender ninguno… salvo para el trasporte de bombas nucleares.
Por el contrario, Alemania y Bélgica esperan los suyos. Los cazabombarderos en servicio en sus fuerzas aéreas podrían transportar la bomba B-61-12, pero en modo no guiado.
Rusia ha respondido como cabía esperar, con las maniobras Grom 22, cuyo objetivo es comprobar la preparación de sus fuerzas estratégicas en caso de ataque nuclear. El 26 de octubre, bajo la supervisión personal de Putin, dispararon dos misiles balísticos intercontinentales. Los bombarderos Tu-95 Oso también participaron en las maniobras.