Un muerto y 300 heridos en la tercera noche seguida de protestas contra el confinamiento en Líbano

Un muerto, 300 heridos, 102 atendidos o trasladados a los hospitales de Trípoli por la Cruz Roja libanesa, más 124 por los socorristas de la Asociación Médica Islámica, 66 hospitalizados… Es el trágico balance de la tercera noche seguida de protestas contra el confinamiento en la ciudad libanesa de Trípoli.

En Twitter, la policía ha informado de nueve heridos entre sus filas, uno de ellos en estado grave.

Los enfrentamientos comenzaron por la tarde, cuando la policía trató de disolver a los manifestantes lanzando gases lacrimógenos, que respondieron lanzando cócteles molotov y piedras.

Los manifestantes se retiraron a los callejones adyacentes, donde los enfrentamientos continuaron hasta bien entrada la noche. Algunos intentaron asaltar la sede de la Delegación de Gobierno, mientras otros se reunían en la plaza Al-Nur, uno de los lugares clave de las manifestaciones multitudinarias que el Líbano vivió en 2019.

El ejército está desplegado y custodia los edificios para evitar asaltos, aunque los manifestantes han logrado prender fuego a una comisaría de policía. Se han escuchado disparos de munición real de origen desconocido en el lugar de la manifestación.

“Estamos aquí para pedir comida, la gente tiene hambre”, dijo un manifestante de 20 años. “Es hora de que la gente salga a la calle”, añadió. “Hemos tomado la decisión de continuar nuestra acción, sea cual sea el precio […] porque no tenemos nada más que perder”, añadió otro manifestante encapuchado.

“Vivimos en condiciones miserables. Llamé a todas las puertas, pero no encontré ningún trabajo”, añadió un parado de 25 años.

Trípoli ya era una de las ciudades más pobres de Líbano antes de los confinamientos decretados por el gobierno hace un año. Pero la situación ha empeorado las condiciones de vida de sus habitantes. Muchos de ellos, sobre todo los jornaleros, se han quedado sin ingresos a causa del confinamiento.

Aparte de la situación sanitaria, Líbano está sumido en su peor crisis económica desde el final de la guerra civil (1975-1990), con una depreciación histórica de su moneda, hiperinflación y despidos masivos. La mitad de la población vive ahora en la pobreza.

El movimiento de protesta contra el confinamiento, hasta ahora limitado a la ciudad de Trípoli, se extendió el martes y el miércoles por la noche, y los manifestantes bloquearon algunas carreteras en otras regiones.

En la capital, Beirut, los manifestantes prendieron fuego a los neumáticos frente al muro que separa la plaza de Riad El-Solh, en el centro de la ciudad, del Parlamento, mientras que otros bloquearon la carretera de acceso a la ciudad deportiva con contenedores de basura y neumáticos ardiendo.

En 2019 el país vivió un movimiento de protesta sin precedentes por su alcance contra una clase dirigente acusada de corrupta, incompetente e indiferente, pero la protesta desapareció gracias a las medidas represivas aprobadas con el pretexto de la pandemia.

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