Un caso de guerra sicológica contra Rusia

Hace un par de días Le Nouvel Observateur titulaba así una información: «La invasión rusa de Ucrania estaba planificada en una nota del Kremlin»:
Por su parte, Libération no le iba a la zaga y titulaba de esta manera: «Ucrania: una invasión muy premeditada por el Kremlin»:
Lo mismo se pudo ver en las cadenas de televisión, como LCI: «¿Estaba planificada desde hace tiempo la invasión de Ucrania por Rusia?»:
Estas noticias no sólo transmiten a los espectadores que en Ucrania la guerra se libra contra Rusia, sino que este país habría invadido a sus vecinos y que todo procede de un plan elaborado por el Kremlin, o aún mejor, por Putin, al que le ha tocado desempeñar el papel de chivo expiatorio.
Al empezar a rastrear el origen de la noticia, una primera pista procede del diario Le Parisien, que comienza así su artículo: «Un diario ruso revela un documento que muestra cómo la degradación de la situación en Ucrania habría sido concienzudamente preparada por Rusia para servir a sus intereses».
Nos enteramos de que el origen de la noticia está en Rusia y, más concretamente, en el diario «Novaya Gazeta» que aparece enlazado en la noticia. Se trata de un peridico fundado con la ayuda de Gorbachov, el antiguo presidente de la URSS. Algunos medios imperialistas de propaganda lo consideran como parte de la oposición a Putin y añaden al unísiono, como si estuvieran movidos por el mismo resorte: se trata del diario en el que trabajaba la periodista Anna Politkovskaya, especialista en la guerra de Chechenia que fue asesinada… seguramente por orden de Putin porque sus informaciones no gustaban en el Kremlin.
El diario luxemburgués «L’Essentiel» dice lo siguiente: «Todas esas etapas que hacen que hoy Ucrania esté enfangada en un conflicto inextricable estaban inscritas negro sobre blanco en un documento confidencial del Kremlin que el diario ruso de oposición ‘Novaya Gazeta’ publica este miércoles».
Pero los periodistas que se hacen eco de la noticia de «Novaya Gazeta» manipulan la fuente de la que procede. Empezamos a vislumbrar algo del fraude cuando el «New York Times» reconoce que el documento en el que se basan esas informaciones ha sido «presentado a la administración presidencial», es decir, que no es un documento redactado por ella sino todo lo contrario: por alguien ajeno precisamente a ella.
Finalmente, lo mejor es ir a la fuente directa, donde se alude a un documento al que «Novaya Gazeta» califica de «hipotético» que alguien habría presentado al Kremlin entre el 4 y el 12 de febrero del año pasado. El «New York Times» casi acierta. Sólo le faltó mencionar que, además, el documento es hipotético. Pero lo que en Moscú es hipotético, en París adquiere carta de naturaleza.

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