El hundimiento del crucero Moskva en la noche del 13 de abril es uno de los indicadores más evidentes de la intervención de la OTAN en la Guerra de Ucrania. Es inverosímil que el ejército ucraniano sea capaz de hacerlo por sus propias fuerzas y tampoco es cierta la versión rusa de que fue un incendio accidental.
Sólo la OTAN dispone de los medios técnicos para localizar y hundir un navío de esas características. El ataque lo llevaron a cabo baterías costeras emplazadas en Odessa y operadas por especialistas de la Alianza Atlántica.
El buque se encontraba a 110 kilómetros de distancia y fueron necesarios dos misiles para hundirlo. Sin embargo, más importante que la puntería de los dos disparos es la ubicación exacta de buque, cuyos radares no fueron capaces de advertir a tiempo la llegada de los proyectiles.
Algunas fuentes sugieren que el buque fue detectado por drones turcos Bayraktar TB-2 y que, a su vez, el Moskva no fue capaz de detectarlos, o bien no fue capaz de derribarlos antes de que comunicaran su posición. Tampoco es una versión creíble.
El diario británico The Times asegura (1) que un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon de la OTAN [AE681B] estaba en una misión sobre el Mar Negro poco antes del ataque contra el crucero. Así se desprende de los datos de seguimiento del tráfico aéreo del 13 de abril.
El P-8A Poseidón despegó de la base militar que tiene la OTAN en Sigonella, Sicilia y fue visto a las 13:32, hora de Kiev, sobrevolando el Mediterráneo en dirección a los Balcanes y Bulgaria. Se perdió el rastro a las 15:27 sobre Rumanía, a 20 kilómetros de la frontera ucraniana y 180 kilómetros de la última posición del Moskva. Poco antes de apagar su transpondedor, había descendido a una altitud de 3.600 metros.
Faltaban tres horas para el ataque. El primer mensaje informando del ataque contra el crucero se envió a las 20:42 a través de las redes sociales. La información fue confirmada a las 22:31 por el gobernador de Odessa.
El avión de la OTAN reapareció a las 18:23 en Rumanía, apagó su transpondedor de nuevo a las 18:42 y lo volvió a encender 42 minutos después, cerca de Abrud, desde donde se dirigió de nuevo a la base de Sigonella.
El patrullero pudo vigilar todos los movimientos de los barcos entre la costa rumana y Crimea, aunque es más discutible que su presencia durante horas no fuera advertida por el Moskva ni por ningún otro radar ruso.
Un alto funcionario del Pentágono ha admitido que “como parte de nuestro apoyo al flanco oriental de la OTAN, hemos realizado algunas patrullas aéreas limitadas frente a la costa rumana”, pero no quiso dar más detalles de ningún operativo.
Pero hay otro dato importante. El 8 de abril el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, admitió por primera vez que Estados Unidos estaba proporcionando información a las fuerzas ucranianas “para llevar a cabo operaciones en el Donbass”.
Luego un funcionario estadounidense confirmó a la CNN (2) que la OTAN estaba transmitiendo “información útil” al gobierno de Kiev. “A medida que la lucha migre más hacia la región del Donbass, ajustaremos nuestro flujo de información según sea necesario”, admitió.
Blanco y en botella. La presencia de los aviones P-8A Poseidon en el Mar Negro no es excepcional, al igual que la presencia de otros aviones de inteligencia pertenecientes a los distintos Estados miembros de la OTAN.
Por ejemplo, el 19 de abril el mismo avión, Poseidón AE681B, apareció de nuevo en la misma región con el indicativo AE6833. El día del hundimiento del Moskva, el indicativo AE67FF estaba patrullando en la zona junto con un dron de la OTAN RQ-4B Global Hawk con indicativo Forte 10.
(1) https://www.thetimes.co.uk/article/ukraine-war-us-spy-plane-on-patrol-in-black-sea-before-sinking-of-russian-flagship-moskva-fblbg0znd
(2) https://edition.cnn.com/2022/04/07/politics/us-intel-ukraine-donbas-operations/index.html
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