Turquía se balancea en la cuerda floja

1. La situación interna e internacional de Turquía es tan deplorable que Erdogan se ha visto obligado a disculparse públicamente con Rusia por el derribo del bombardero Su-24 en Siria hace siete meses. La prensa mundial no ha dicho nada, pero Erdogan se ha tenido que comer sus palabras. Ha sido un trago realmente amargo.

2. El atentado de Estambul muestra que el apoyo que ha venido prestando al Califato Islámico se ha vuelto en su contra. Ahora Turquía pasa a ser un objetivo. Recibe un poco de su propia medicina… salvo que las explicaciones que hemos conocido hasta ahora sobre el atentado sean falsas, en cuyo caso se trataría de otro mensaje dirigido hacia Ankara por parte de quien haya movido los hilos.

3. El gobierno de Siria se mantiene en su puesto y en Damasco se vuelven a abrir las embajadas. Todos los esfuerzos de Turquía por mantener la guerra han sido inútiles. Permitió a Turquía soñar con que era un protagonista importante, para acabar dándose cuenta de que no era nadie y de que se ha ganado enemigos de mucho peso.

4. Las relaciones de Turquía con Estados Unidos van de mal en peor. Las tropas de operaciones especiales de Estados Unidos visten el uniforme de peshmergas kurdos. Estados Unidos necesita a los kurdos para sacar adelante sus proyectos para Oriente Medio. Turquía pasa a un segundo plano.

5. Crisis con la OTAN, que después del derribo del Su-24 le ha repetido una y otra vez a Erdogan que no cuente con ellos para sus aventuras contra Rusia, o sea, que cuando la OTAN entre en guerra con Rusia no será para defender a Turquía.

6. Idem con la Unión Europea y, por lo tanto, con Alemania. Las relaciones también siguen empeorando. El gobierno de Ankara desencadenó la crisis de los refugiados en Europa y siguió luego exigiendo visado a los “alemanes” que, en realidad, no son otra cosa que turcos emigrantes. El parlamento alemán condena el genocidio armenio y les señala con el dedo acusador. Turquía nunca podrá entrar en la Unión Europea. Todas las puertas están cerradas para ellos.

7. Con Irán las relaciones son aún peores. Lo que hay es un enfrentamiento abierto entre ambos países.

8. Con Israel han mejorado las relaciones, deterioradas tras el hundimiento de la flotilla humanitaria hace cinco años. Que Erdogan se tenga que apoyar sobre Israel es un síntoma de debilidad. El presidente turco había puesto como condición para la reanudación de relaciones el levantamiento del bloqueo a Gaza y se ha tenido se comer sus propias palabras por enésima vez.

9. Los ataques permanentes a la población kurda pueden desembocar en una guerra civil que Turquía no puede ganar. La derrota sería muy humillante. Los kurdos son más fuertes que nunca porque tienen el apoyo del imperialismo. Se mueven dentro y fuera de las fronteras de Turquía con armamento pesado, por lo que una guerra tendría también un carácter internacional en una situación muy desfavorable.

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