Sigue la purga del PP en los informativos de TVE

Naturalmente que no es censura. Ni siquiera es despido. Lo que pasa es que se le ha acabado el contrato. A la periodista Yolanda Álvarez no le renuevan el contrato para que siga en Gaza, por lo que volverá a la redacción de Torrespaña.
La noticia ha conmocionado a la redacción, donde se especula con los continuos ceses de corresponsales. A última hora de la tarde, RTVE ha hecho público un comunicado en el que depura a los corresponsales en Bruselas, Lisboa, Rabat, Jerusalén, México y Bogotá. Naturalmente que serán sustituidos por plumillas y becarios, fieles lacayos de sus jefes en Torrespaña, Washington y Tel Aviv.
La corresponsal en Túnez, Gema García, también fue depurada. A la que fue subdirectora de informativos de TVE junto a Fran Llorente tampoco le han renovado su contrato. En el pasado García fue corresponsal en Roma y Nueva York, y recientemente cubrió los atentados de Túnez. En la comunicación del cese no se han argumentado motivos profesionales.
La destitución de Yolanda Álvarez es el primero de una lista que afecta a periodistas que el PP considera «poco fiables» en el terreno ideológico, y es continuación de la cadena de ceses de cargos clave de la redacción, y proseguida por la contratación, al margen de los canales profesionales y normativos, de periodistas procedentes de medios cercanos al gobierno y al PP, y que fueron denunciados por el Consejo de Informativos como «pasos firmes en la creación de una redacción paralela».
La noticia sobre Yolanda Álvarez ha causado un gran impacto, no solo dentro de la redacción, sino en medios profesionales, e incluso simples espectadores. Desde el primer momento, en redes sociales se han multiplicado los mensajes de apoyo a la periodista y de repulsa a la purga de la dirección.
Durante los últimos días de julio y primeros de agosto, la coresponsal, que informaba cada día en directo de la guerra en Gaza, fue obligada a salir de la zona y trasladarse a Jerusalén por orden de Julio Somoano, entonces director de Informativos, que atendía así a las imposiciones del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Tras estas imposiciones se encontraba la denuncia de Israel que acusaba a la profesional de TVE de «ser una mera portavoz de Hamas». En aquellos momentos, el Consejo de Informativos hizo publicó un texto en el que, tras defender el irreprochable trabajo profesional de Álvarez, reclamaba «el inmediato regreso a Gaza de esta enviada especial que salió de la franja ayer cumpliendo órdenes de la dirección de la Corporación RTVE. Hay que insistir una vez más en que, en las zonas de conflicto, los periodistas y reporteros son la única garantía de información objetiva y neutral sobre lo ocurre. Su testimonio es fundamental para satisfacer el derecho a la información de los ciudadanos».
Pocos días más tarde, Yolanda Álvarez regresaba a Gaza, desde donde ha continuado su tarea periodística que la ha granjeado un premio a la libertad de expresión. Un trabajo que se verá ahora interrumpido por una decisión de la dirección, enmascarada en un fin de contrato, pero que significa un paso más en la caza de brujas dentro de TVE, acrecentada desde la llegada del PP al gobierno.

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