Sigue la guerra económica: China prohibe la exportación de antimonio

La guerra económica empezó en 2018 con el Caso Huawei. Desde entonces China está respondiendo al bloqueo económico de Occidente con otro bloqueo, en una espiral cuyas consecuencias son previsibles.

Recientemente la Unión Europea impuso aranceles a los automóviles eléctricos chinos, acusándolos de competencia desleal. En respuesta, además de llevar el asunto a la Organización Mundial de Comercio, Pekín está intensificando su control sobre las materias primas estratégicas.

En este clima de guerra económica, China acaba de anunciar una nueva restricción que probablemente afectará significativamente a la industria occidental. A partir del 15 de septiembre, la exportación de antimonio desde China estará sujeta a la autorización previa del gobierno.

La decisión, hecha pública el jueves por el Ministerio de Comercio de China, persigue un objetivo político: proteger los intereses y la seguridad nacionales de China. Detrás de esa formulación se esconde una cuestión importante: el antimonio, un metal raro con propiedades únicas, es muy buscado en muchos sectores industriales de vanguardia.

El antimonio juega un papel crucial en la producción de materiales ignífugos, baterías, paneles solares e incluso encuentra aplicaciones en la industria armamentística. China obtiene casi la mitad de la producción mundial de antimonio. Al limitar el acceso a una materia prima crítica, Pekín se está dotando de un nuevo medio de presión sobre sus competidores occidentales, preservando al mismo tiempo sus propias reservas para su futuro desarrollo industrial.

No es una represalia aislada, sino que forma parte de una política general que se va abriendo camino en los mercados mundiales. El año anterior, China ya había implementado controles similares a las exportaciones de grafito, galio y germanio, todos materiales esenciales para las industrias de semiconductores y energías renovables.

Al prohibir el acceso a estas materies primas, de los cuales a menudo posee una parte importante de la producción mundial, China busca fortalecer su posición en las cadenas de suministro mundiales.

El impacto de la prohibición se hará sentir en muchos sectores industriales de Occidente. Desde la electrónica hasta la automoción y la industria aeroespacial, las empresas que dependen de estos materiales raros podrían enfrentar dificultades de suministro o un aumento significativo de los costos, lo que podría afectar su competitividad en el mercado mundial.

Esta situación pone de relieve la interdependencia económica mundial y los desafíos que plantea la concentración de las materias primas estratégicas. La diversificación de las fuentes de suministro, el desarrollo de tecnologías de reciclaje más eficientes y la búsqueda de materiales alternativos podrían convertirse en prioridades para muchos países e industrias en los próximos años.

A medida que la guerra económica se intensifica, está claro que la gestión estratégica de recursos desempeñará un papel crucial en las relaciones internacionales y el futuro desarrollo industrial. Las implicaciones de estos cambios aún están por verse, tanto para China como para sus socios comerciales en todo el mundo.

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