Se agrava la guerra en el Donbás

Ayer el portavoz del Kremlin anunció que el gobierno Kiev se había negado a retirar la artillería pesada del Donbás. El miércoles el Primer Ministro ucraniano Porochenko firmó un decreto de movilización para llevar al frente un mínimo de 50.000 reservistas. Teniendo en cuenta que hay unos acuerdos de paz firmados en Minsk, el significado de la movilización no deja lugar a dudas sobre las verdaderas intenciones de Kiev.
No obstante, el ministro ruso de Asuntos Exteriores Lavrov manifestó que esperaba que la movilización ucraniana no se tradujera en una agravación de las hostilidades armadas.
Desde luego que sus buenos deseos no se están cumpliendo. Desde comienzos de año los combates se han intensificado. El ejército regular de Kiev ha atacado el aeropuerto de Donetsk. Según el portavoz del operativo, Andrei Lissenko, el asalto ha sido un éxito. El ejército regular ha logrado ocupar el territorio que le corresponde por las líneas de demarcación aprobadas en los acuerdos de Minsk.
Por su parte, las milicias de Donetsk y Lugansk han informado de que el ejército ha empleado bombas de fósforo y que las instalaciones han quedado completamente destruidas. También apuntan que otras 15 posiciones han sido atacadas en Gorlovka y otras regiones por el ejército regular.
Aunque el consejero del ministro del Interior de Kiev, Anton Gerashchenko, asegura que los cinco partidos de la coalición gobernante apoyan la movilización acordada por el gobierno, los ucranianos se oponen a ella. Ya no hay voluntarios. En medio de un profunda crisis económica, la movilización ha supuesto un choque para muchos ucranianos.
Los que no quieren combatir han emigrado al extranjero y otros se han escondido para evitar ir al frente. En las ciudades ya no se ven hombres por las calles. La movilización tiene su contrapartida en la deserción, para la que el gobierno de Kiev tiene previstas medidas draconianas, como la ejecución sobre el terreno.
El estado de ánimo respecto al año pasado ha cambiado radicalmente desde que en la Plaza Maidan todo pareciera un estallido de alegría. Menos de doce meses de combates se han llevado la vida de 4.800 personas, a las que hay que añadir otras 10.468 que han resultado heridas. Los funerales y féretros han inundado los cementerios de los pueblos de Ucrania.
A pesar de los acuerdos de paz firmados en Minsk el número de víctimas aumenta sin cesar. En un vídeo una mujer que tiene varios hijos en edad de ser reclutados pregunta: «¿Por qué no llevan al frente a todos aquellos que se manifestaban el año pasado en la Plaza Maidan?»
Antes la guerra era cosa del cine o la televisión. Ahora se habla de ella en primera persona. Los relatos de la guerra en Donbás corren de boca en boca. La opinión más generalizada es que la lucha se agrava por momentos y que el conflicto se puede generalizar a terceros países.
La movilización empieza mañana y el gobierno de Kiev ha prometido que durará sólo tres meses, un plazo en el que casi nadie confía. Afecta a los reservistas comprendidos entre los 18 y los 40 años, aunque para los oficiales superiores alcanza hasta los 65 años de edad.

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