Rusia instalará misiles en Corea del norte capaces de alcanzar el territorio de Estados Unidos

Donde las dan las toman. La OTAN ha instalado misiles de largo alcance en Ucrania para atacar el territorio ruso y Rusia va a hacer lo mismo. Por eso Putin ha viajado a Corea del norte: para instalar otros misiles iguales capaces de alcanzar el territorio estadounidense.

El presidente ruso anunció que la nueva asociación entre Moscú y Pyongyang prevé una “asistencia mutua en caso de agresión”, calificándola de “revolucionaria”.

“El acuerdo de asociación integral firmado hoy prevé, entre otras cosas, la prestación de asistencia mutua en caso de agresión contra una de las partes de este acuerdo”, dijo Putin.

El Kremlin ha denunciado el suministro de sistemas de alta precisión de largo alcance, aviones F-16 y otras armas por parte de Washington y los miembros de la OTAN para atacar territorio ruso.

Moscú y Pyongyang siguen una política exterior independiente y no aceptan chantajes, añadió Putin, antes de indicar que Rusia no descarta una cooperación técnico-militar con Corea del norte, de conformidad con el acuerdo firmado.

Se repite la crisis de los misiles de 1963

Lo mismo ha ocurrido con el envío de un grupo naval ruso a La Habana, creando una situación parecida a la crisis de los misiles de 1963, cuando Estados Unidos llevó misiles Júpiter a Turquía, provocando la réplica de la URSS.

Dos buques rusos que portan misiles hipersónicos Zircon, la fragata Almirante Gorshkov y el submarino nuclear Kazán, están a muy pocos kilómetros de las costas de Florida.

La respuesta de Estados Unidos fue desplegar un avión de reconocimiento electrónico RC-135W Rivet Joint para rastrear los movimientos de la Armada rusa. Además, envió a Guantánamo al submarino de ataque nuclear Helena, portador de misiles antibuque Harpoon.

Rusia ha transferido sistemas de misiles Iskander así como armas nucleares tácticas a Bielorrusia, pero podría hacer lo mismo con otros países. Podría contar con Venezuela, país con el que ha firmado un importante acuerdo de cooperación militar, como lo demuestra el envío de dos Tu-160 Blackjack estratégicos. La península de Paraguaná podría albergar misiles con alcance suficiente para amenazar las costas de Estados Unidos.

Un importante cambio de rumbo

La decisión de la OTAN de instalar misiles de largo alcance en Ucrania supuso un cambio de rumbo que Rusia no podía dejar pasar. Estados Unidos se sumó a la posición defendida por Reino Unido, Suecia y Francia al autorizar a las tropas ucranianas a utilizar las armas que les han proporcionado para atacar el territorio ruso.

Blinken flexibilizó las restricciones impuestas al ejército ucraniano, que hasta ahora sólo estaba autorizado a utilizar las armas suministradas para atacar objetivos militares situados en los teatros de operaciones.

Además, Estados Unidos presionó a Alemania para que hiciera lo mismo y Scholz volvió a ceder al chantaje, como viene haciendo desde el comienzo de la guerra.

La reacción de Rusia a estos anuncios fue sorprendentemente silenciosa. Fue necesaria una semana para que Putin saliera de su reserva. “Si alguien considera posible suministrar tales armas en la zona de combate para atacar nuestro territorio […] ¿por qué no tendríamos derecho a suministrar nuestras armas del mismo tipo en regiones del mundo donde las instalaciones sensibles de los países que actúan de esta manera contra Rusia? Lo pensaremos”, declaró en el Foro Económico Internacional que se celebraba en San Petersburgo.

“Proporcionar armas a una zona de conflicto siempre es algo malo. Especialmente cuando los proveedores no sólo suministran armas, sino que las controlan. Es una medida muy seria y muy peligrosa”, añadió Putin, sugiriendo que instructores militares occidentales ya estaban presentes en Ucrania.

Además, Putin advirtió a Alemania. “Los envíos de tanques alemanes a Ucrania sorprendieron a mucha gente en Rusia […] Ahora, si ellos [los ucranianos] usan misiles [alemanes] para atacar instalaciones en territorio ruso, arruinarán por completo las relaciones ruso-alemanas”, advirtió.

Finalmente, volvió a mencionar un posible uso de armas nucleares. “Por alguna razón, Occidente cree que Rusia nunca las utilizará”, dijo Putin. Después se refirió a la doctrina nuclear rusa: “Si las acciones de alguien amenazan nuestra soberanía y nuestra integridad territorial, consideramos que es posible utilizar todos los medios a nuestro alcance”.

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