Reino Unido abre la primera una mina de carbón desde hace 30 años

En 2019 el periódico El Mundo titulaba un artículo: “Reino Unido vive la primera semana sin carbón desde 1882”. A partir de ahora “las semanas sin carbón van a ser lo más normal”, aseguró entonces Fintan Style, director de la red eléctrica. “Conforme las renovables van entrando en el sistema, podemos prescindir cada vez más de su uso como fuente energética”, añadió (1).

Dos años después el gobierno de Londres organizó la conferencia mundial sobre el clima en Glasgow y el entonces primer ministro, Boris Johnson, machacó en casi todas las comparecencias que el carbón, el combustible fósil por antonomasia, debía ser relegado al olvido.

El país pionero de la revolución industrial y el carbón fue también el primero en eliminarlo, decía El País (2).

Se han tragado sus políticas. Esta semana Reino Unido ha autorizado la apertura de una mina de carbón, la primera en treinta años. “Este carbón, que de otro modo habría que importar, se utilizará para la producción de acero”, pero no “para la generación de electricidad”, ha explicado el gobierno.

El gobierno británico se excusa: el programa de descarbonización de Reino Unido, dice, se limita al uso del cabón como fuente de energía, no a su uso industrial. “Es un carbón neutro en carbono”, dice un periódico. La cuadratura del círculo, en fin.

La causa del auge del carbón es obvia: lo mismo que los precios, la demanda de carbón se ha disparado a un ritmo parecido al de otras fuentes de energía.

En Australia la industria del carbón da empleo a 300.000 trabajadores. Es el sector más rentable y, en agosto, el gobierno autorizó la apertura de una nueva mina y la prolongación de la vida útil de otra en más de 20 años, que duplicará la capacidad de extracción (3).

En la cumbre climática de Glasgow, los delegados australianos no dejaron lugar a ninguna clase de dudas: no tienen intención de cerrar las minas de carbón.

El gobierno se ha comprometido a comprar 70.000 toneladas de carbón térmico a las empresas mineras para ayudar a Ucrania (4). El país al que el carbón le sale por las orejas no es un muy generoso: el carbón apenas alimentaría un generador de electricidad de tamaño mediano durante tres a cinco días.

(1) https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2019/05/16/5cdd946bfc6c83a5648b45e9.html
(2) https://elpais.com/elpais/2017/04/26/ciencia/1493208302_664530.html
(3) https://www.latam-mining.com/australia-aprueba-la-controvertida-expansion-de-la-mina-de-carbon-whitehaven/
(4) https://espanol.news/coalicion-fue-directamente-a-whitehaven-para-comprar-carbon-para-ucrania-politica-australiana/

comentario

  1. Es porque los espabilados de turno saben que ciertas modas en una sociedad duran poco, pero mientras duran todo lo que lleva la etiqueta de esa moda recibe fondos sin hacer preguntas (*1), que nos logran pegar esos pelotazos engañándonos.
    El proceder despendolado e incontrolado (pues ese es, en realidad, todo el problema) de la moda del cambio a las energías renovables, y toda la gente engañada que ha dejado detrás, es un buen ejemplo.

    Por cierto, en el caso de España, es la moda de las placas fotovoltaicas la que está ahora mismo (Diciembre 2.022) en su apogeo, con bombardeo de ofertas para todas las comunidades de vecinos. Incluso hay que hipotecarse para comprarlas, de lo caras que son, según tengo entendido. ¿Se ve claro que también va a ser otro pelotazo?

    -+-+-+
    Dilbert – Vejay, el Inversor más Desesperado del Mundo:
    https://dilbert.com/strip/2008-10-09

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