‘Me negarás tres veces’

Ai Siqi (1910-1966)
Juan Manuel Olarieta

La doble negación (o negación de la negación) se ha puesto de moda. En octubre el secretario general del PCE(r), Manuel Pérez, publicó desde la cárcel un folleto sobre el asunto (1) y los maoístas franceses del PCF(mlm) también se refieren a dicha ley dialéctica en un reciente artículo, publicado en dos idiomas simultáneamente (2).

Como bien dice Manuel Pérez en su obra, a pesar de ser una de las leyes fundamentales de la dialéctica, la doble negación nunca ha recibido mucha atención en los manuales de filosofía marxista, por lo que esta coincidencia temporal sorprende bastante.

No obstante, si se lee el texto de los franceses, la sorpresa es un poco menor porque, según ellos, Mao rechazó la doble negación, aunque no dicen de dónde han deducido esa conclusión.

Por el contrario, en su folleto Manuel Pérez se propone recuperar esta ley de la dialéctica, así como otros principios marxistas-leninistas asociados a ella pero abandonados por el camino.

Los maoístas franceses hacen alarde de inventiva y, como es tópico, separan a “los comunistas de la Unión Soviética”, a los que califican de antropocéntricos, de Mao y los sacrosantos lemas de la Gran Revolución Cultural, que -vuelvo a repetir- nadie es capaz de decir de dónde salen. A los “comunistas soviéticos”, como Stalin, quedan asociados otros de la misma época, tan variopintos como Gorki, Vernadski o Michurin, es decir, que mezclan las churras con las merinas.

De una manera muy confusa los maoístas franceses asumen, a su manera, los postulados de la llamada “teoría sintética” o “darwinismo” en su crítica de lo que califican de “lamarckismo” y “finalismo” y que no está más que en su cabeza, a saber, que la evolución biológica es un desarrollo de lo inferior a lo superior que culmina en el hombre.

Pero eso no es “lamarckismo” ni antropocentrismo, ni tampoco necesita serlo; es la constatación de un hecho cierto al que nadie debería cerrar los ojos, ni siquiera los maoístas o los biólogos.

La mitad del texto del PCF(mlm) es así de confuso y el resto es erróneo. Atribuyen el “punto de vista soviético” al atraso de la agricultura, por lo que ya sólo queda que nos expliquen el “atraso” de Engels, el de Lenin, el de la agricultura china y el de la dialéctica materialista, en general.

El PCF(mlm) quiere defender su “monismo” y que en el universo no hay más que una misma materia en desarrollo, de la que no se puede separar a la humanidad. Ciertamente, la humanidad es materia, pero no es cualquier clase de materia.

En ese punto ni Mao ni la Gran Revolución Cultural han desarrollado nada y el “rechazo” de la doble negación que inventan, no tiene nada que ver con el “monismo”.

Lo quieren decir -pero dicen muy mal- es que en la evolución biológica no hay división en etapas diferentes, ya que eso rompe su “monismo”. Es falso. Los maoístas franceses exponen una imagen de la evolución (“cosmología”, lo llaman) como si fuera un churro continuo, en el que la unidad del proceso no se rompe nunca… ni siquiera cuando el churrero saca sus tijeras.

En la evolución de cualquier fenómeno, como la historia de un país, la existencia de etapas separadas, por trascendentales que sean, no rompe la unidad interna del país, que sigue siendo el mismo.

Ellos atribuyen esa supuesta ruptura al reconocimiento de la doble negación y ponen el ejemplo del feudalismo, de la que el capitalismo sería su negación, que a su vez sería negado por el socialismo. En fin, siempre es posible presentar las cosas de manera que nadie sea capaz de reconocerlas. A mi personalmente se me ocurre una presentación muy distinta:

1ª etapa: Inicialmente, en el comunismo primitivo, la humanidad no conoció las sociedades de clase

2ª etapa: luego apareció su negación, las clases sociales y la lucha entre ellas, que a su vez tiene sus propias etapas diferenciadas

3ª etapa: a las sociedades clasistas les seguirá su negación: un nuevo comunismo (negación de la negación)

Se pueden poner cuantos ejemplos sean necesarios, ninguno de los cuales, en efecto, demuestra nada. Sin embargo, ayudan a ilustrar el significado de esa ley dialéctica que lleva un nombre tan extraño. La doble negación es algo que está incluso en idiomas, como el francés, donde la negación se expresa con un duplicado (“ne … pas”). Incluso en castellano, expresiones como “No es imposible” suavizan la afirmación.

La negación, que no es más que una de las formas de la contradicción, es la esencia de la dialéctica. No obstante, como se manifiesta en el terreno retórico, ha conducido siempre a todo tipo de paradojas lógicas y matemáticas, como la famosa “Soy un mentiroso”, de la que no se puede decir si es verdad o es mentira. Por eso en algunos idiomas la doble negación es enfática (“No he dicho nada”). No deja lugar a dudas.

Si sólo hay dos negaciones subsiste, pues, una ambigüedad, porque es posible que no se trate de una negación sino de todo lo contrario: de una (re)afirmación. Cuando alguien quiere negar sin lugar a dudas lo hace tres veces, como la premonición de Jesucristo dirigida a San Pedro (“Antes de que cante el gallo me negarás tres veces”) que aparece en el Nuevo Testamento (Mateo 26:34, Marcos 14:30).

Ni Stalin ni Mao mencionan la doble negación, ni directa ni indirectamente, lo que ha dejado a esta ley dialéctica a una especie de limbo. La ausencia en Stalin quizá sea explicable por la brevedad de su texto, mientras que para explicar la de Mao hay que recurrir a la filosofía tradicional oriental y la manera en que Li Dazhao, el maestro de Mao en la Universidad de Pekín, la incorporó al marxismo.

Los maoístas, como los del PCF(mlm), tienen la mala costumbre de empeorar a Mao hasta dejarle en ridículo. Han convertido a la contradicción de elemento principal de la dialéctica, en elemento único. De ahí que reduzcan la filosofía marxista a una “teoría de las contradicciones”, en la que, además, siguen faltando contradicciones.

A mi modo de ver, el mejor manual de dialéctica materialista que se ha escrito es justamente el del comunista mongol Ai Siqi, publicado en 1961, donde la doble negación desempeña el papel básico que le corresponde. Al tratarse de una obra traducida al francés en 1978, es difícil entender de dónde sacan sus conclusiones los maoístas franceses.

Notas:

(1) Manuel Pérez Martínez, La negación de la negación. Revolución dentro de la revolución, octubre de 2015
(2) http://lesmaterialistes.com/english/dialectical-materialism-and-living-matter, http://lesmaterialistes.com/materialisme-dialectique-matiere-vivante
(3) Ai Siqi, Matérialisme dialectique, matérialisme historique, Paris, 1978, pgs.165 y stes.

comentarios

  1. En este trabajo aparece un parrrafo donde Mao niega la existencia de la negacion de la negacion

    aurreralangileria.files.wordpress.com/2015/12/desmontandoposmaoismo.pdf

    1. Si te refieres al párrafo en el que se inserta una cita de Badiou, es obvio que la misma no es de Mao, sino de quien la escribe. A nadie se le pueden imputar afirmaciones que otros ponen en su boca.

      Si algún día lo fue, hace ya muchas décadas que Badiou no es maoísta y, desde luego, nunca fue un portavoz autorizado del maoísmo francés.Ni entonces ni ahora.

      Pero, como se ve, no sólo se le toma por tal sino que se le confunde con el mismo Mao. Incluso hay una obra suya, titulada “Teoría de la contradicción”, que está traducida al castellano y que, tanto en Francia como en España, ha tenido éxito en hacerse pasar como filosofía marxista.

      Demos a Mao lo que es de Mao y a Badiou lo que es de Badiou.

  2. A la teoría sintética se la denomina también neodarwinismo, no darwinismo a secas. El neodarwinismo o teoría sintética es un producto del siglo XX. Darwin, por tanto, nada tiene que ver con ella. Sólo aquellos principios elaborados directamente por Darwin pueden ser calificados de darwinismo. Darwin, si no me equivoco, era completamente ajeno a la teoría de las mutaciones, que es el elemento fundamental de la teoría sintética o neodarwinismo. Por otra parte, el científico británico tiraba más por el lamarckismo que por los principios mendelianos. No obstante, Darwin no dedicó una especial atención a los mecanismos genéticos de la evolución, sino que se limitó, y ya es bastante, a defender que la evolución de la vida desde el surgimiento de la misma, lo que supuso todo un hito científico al echar por tierra el creacionismo, aunque éste, desde hace un tiempo, ha devenido también darwinista bajo la teoría del diseño inteligente.

  3. Estos maoístas franceses son tan ignorantes que acaban defendiendo las mismas ideas de la llamada escuela eleática: el devenir no existe, la materia es un continuo indivisible y es siempre igual a sí misma. La escuela eleática son los inventores de la metafísica. Los marxistas provenimos de otra corriente, de Heráclito, por ejemplo, o de la llamada escuela de Mileto. Estos maoístas se han remontado 2500 años para acabar renegando de la dialéctica marxista en su mismo origen y sin ni siquiera darse cuenta de ello.

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