Macri vive sus últimos días como presidente argentino


No es que en esta web tengamos la bola de cristal, sino que su caída responde a un comportamiento casi cíclico de la historia argentina. El anuncio presidencial realizado ayer por Mauricio Macri, informando al país que el FMI aceleraría la transferencia de los fondos pactados de manera anticipada para garantizar «la confianza de los mercados» en una situación de «incertidumbre», fue el golpe de efecto necesario para acentuar la fuga de divisas.
Por un lado, el mensaje presidencial transmitió más desconfianza todavía en la capacidad de pago del Estado argentino a sus tenedores de dólares, y por otro, las políticas de ajuste estructural impulsadas por el Ministerio de Economía y su Banco Central, que han aliviado las obligaciones de los grandes tenedores de divisas (fundamentalmente empresas exportadoras, mineras y el sector agropecuario) de entregar y liquidar sus dólares en el Banco Central, han supuesto un encarecimiento de la relación dólar/peso argentino que en cuestión de días se trasladará a los precios al consumo. En síntesis, esta situación de incertidumbre financiera es el producto de que los inversores, bonistas y acreedores del país creen que en el corto plazo el Estado argentino no podrá hacer frente a sus obligaciones esenciales, lo que en la jerga del FMI se conoce como default y el resto de los mortales conocemos como quiebra.
Solamente desde el lunes 27 hasta el miércoles 28 de agosto, el Banco Central vendió más de 700 millones de dólares, esto es, el Estado pierde 200 millones de dólares por día derivados de la aceleración de la fuga de divisas, por lo que la quiebra es inevitable. Hoy jueves, el dólar se vendía a 40 pesos argentinos, cuando el día anterior se vendía a 35, y el anterior a 30 pesos. Esto nos da la magnitud del problema, y también es interesante determinar quién adquiere grandes cantidades de dólares que hasta hoy estaban en las arcas del Banco Central: los grandes tenedores, que hasta el 2015 (año en que terminó el mandato de Cristina Fernández de Kirchner) tenían límites de 2000 pesos para comprar. 
En síntesis, ni Trump ni la lira turca. La política monetaria del macrismo ha liquidado las reservas del país y ha animado a que buitres de todo el mundo adquieran dólares a precio de ganga. Como lo hiciera en el año 2001el ex Presidente Fernando de la Rúa para garantizar la huida de los especuladores con todo su dinero, esta operación indica que la quiebra estatal y la retención de pagos están ya pactadas.

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