Los trenes chinos circulan por primera vez por Europa

El miércoles comenzaron a circular por las vías de Austria los trenes fabricados por la empresa pública china CRRC, encargados por la compañía Westbahn. Es la primera vez que un tren chino opera en una línea europea de larga distancia.

Algunos de sus trenes ya circulan en la República Checa, y próximamente en Serbia, y sus locomotoras en Hungría. La empresa china también ha sido elegida para construir la nueva línea entre Belgrado y Budapest.

La empresa ferroviaria austriaca Westbahn, la mayor empresa privada de Austria, puso en servicio el primero de los cuatro trenes de dos pisos encargados en la línea Viena-Salzburgo. Los otros tres trenes entrarán en servicio la próxima semana, operando en la misma ruta.

Es la segunda vez que un tren de fabricación china circula en una línea de larga distancia en Europa y la primera en Europa Occidental. Las empresas europeas Alstom y Siemens están temblando y transmite su angustia a los medios de comunicación: China vende trenes a un precio hasta 30 por cien más bajo.

El ministro de Transportes de Austria, Peter Hanke, condenó la compra, afirmando que es necesario proteger las infraestructuras críticas de Austria y Europa. La palabrería es la misma de siempre: “No debemos hacer que nuestra movilidad dependa de terceros países”, dijo en un comunicado publicado la semana pasada, anunciando su intención de iniciar conversaciones a nivel europeo para bloquear el desembarco de empresas chinas en Europa.

El otro argumento también está gastado: al ser una empresa pública, CRRC recibe importantes subvenciones del gobierno chino, lo que le permite ofrecer precios mucho más bajos. Quizá los europeos no han caído en la cuenta de que las subvenciones chinas son un chollo: las empresas europeas compran mucho más barato.

Si bien CRRC ha ganado licitaciones europeas, principalmente en países de Europa oriental, estos contratos han sido posteriormente cancelados, como en Bulgaria.

Efectivamente, China juega con ventaja: la demanda de trenes es mayor que nunca y los fabricantes europeos tienen dificultades para cumplir con los pedidos; los retrasos se acumulan. En ocasiones, transcurren hasta nueve años entre la firma de un contrato y la recepción de los primeros trenes.

Ante la campaña de los medios, Westbahn ha tenido que salir al paso: el mercado europeo de material ferroviario está dominado por “un oligopolio de unos pocos fabricantes de trenes». Eso provoca “tiempos de espera que ahora alcanzan varios años” para los nuevos trenes, mientras que “los precios se disparan”.

Es lo mismo de siempre: los chinos venden mejor, más barato y más rápido.

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