Las restricciones derivadas de la pandemia ha aumentado peligrosamente el terror policial en todo el mundo, denuncia un informe publicado el jueves por la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), que pide recurrir al derecho internacional para combatir esta preocupante tendencia.
La tendencia “no sólo se da en países autoritarios”, advierte la organización con sede en Ginebra, que cuenta con 200 sociedades afiliadas en más de 90 países del mundo.
“La brutalidad policial no es nada nuevo, pero las políticas durante la emergencia sanitaria han aumentado los poderes de las fuerzas de seguridad, lo que ha conllevado abusos contra los ciudadanos y ha empeorado la impunidad”, comentó al respecto el secretario general de la OMCT, Gerald Staberock, en un comunicado.
Factor agravante del problema ha sido la disminución de actividad de la sociedad civil, un efectivo contrapeso en condiciones normales pero que, debido a la pandemia, se ha visto limitado a la hora de trabajar sobre el terreno.
Minorías étnicas, migrantes y los segmentos más pobres de la sociedad han seguido siendo las principales víctimas de este tipo de violencia, subraya el informe, que también denuncia una diversificación de las armas usadas por las fuerzas de seguridad y el uso en ocasiones de armamento militar.
“Los regímenes autoritarios y populistas la usan [la pandemia] como pretexto para silenciar las voces discrepantes, detener a personas defensoras de derechos humanos y restringir nuestra libertad. Sus fuerzas de seguridad hacen uso de la violencia indiscriminada y de la tortura con la excusa de hacer que se cumplan los confinamientos”, reconoce la OMCT.
Una represión de estas dimensiones, hasta ahora desconocidas, ha sido posible por el amplio apoyo que las medidas restrictivas de los gobiernos han obtenido por parte de organizaciones políticas, sindicatos y medios de comunicación, no sólo de la reacción, sino muy especialmente de los reformistas y “alternativos”, que se han convertido en cómplices del terrorismo de Estado.