Los aviones de combate son cada vez más vulnerables a los ciberataques

La novela “2034” de Elliott Ackerman y James Stavridis, comienza con un ataque aéreo encabezado por el piloto de un caza F-35 en los cielos de Irán. A pesar del sigilo de la aeronave, sus controles de vuelo son pirateados, lanzándola hacia tierra en espiral (1).

Parece un planteamiento de ciencia ficción pero, como los demás aparatos modernos, los aviones y helicópteros de combate incorporan cada vez más equipamientos tecnológicos y tienen los mismos riesgos de ciberataques. Con la quinta generación de cazas, iniciada con la entrada en servicio del F-22 Raptor en 2005, las nuevas aeronaves están diseñadas para ser maniobrables, rápidas, especialmente sigilosas y, sobre todo, conectadas.

La conectividad aumentará en las próximas décadas. Desde Dassault hasta Boeing, pasando por Lockheed Martin y Sujoi, los fabricantes de aeronaves trabajan ahora en la integración de enjambres de drones que vuelan junto a los cazas, especialmente para realizar operaciones de reconocimiento. Estos planes suponen una mayor fragilidad ante los ciberataques.

“La mayor amenaza para el F-35 no son las armas, sino los piratas”, decía en 2018 un artículo publicado en Popular Mechanics. El objetivo de la instrusión son el sistema ALIS (Sistema de Información Logística Autónoma), diseñado para recopilar datos e información sobre la aeronave y su entorno, y la Empresa Conjunta de Reprogramación (JRE), que gestiona las armas y sensores del F-35.

En caso de guerra los generales del ejército estadounidense temen los ataques informáticos porque es posible interferir los sensores del F-35 e interrumpir su aviónica transmitiendo información errónea, lo que afectaría su rendimiento o incluso enmascararía la detección de ataques con misiles antiaéreos.

Una sucursal del gobierno de Estados Unidos, Sandia Laboratories, ha identificado varias vulnerabilidades que podrían ser explotadas por los piratas. Una de ellas se refiere a los ordenadores de a bordo que cumplen con la regla MIL-STD-1553. Esta norma coordina la aviónica de la aeronave, incluyendo sensores, armas y controles.

Los ciberataques exigen a los aviones de combate y helicópteros encontrar formas de contrarrestarlos para evitar un desastre. El piloto podría perder el control de la aeronave.

Al mismo tiempo, las oleadas de drones que se espera que acompañen a los cazas en el futuro tienen la misma probabilidad de ser atacadas por el enemigo. Un artículo publicado por Brookings en 2021 analiza la implementación de drones y la expansión de la ciberseguridad en las doctrinas militares y estratégicas (2).

Dassault anunció recientemente que en los próximos años volarán enjambres de drones con el FCAS (Future Combat Air System, un avión de combate de sexta generación), pero también con el Rafale F5 y el programa nEUROn.

(1) https://en.wikipedia.org/wiki/2034:_A_Novel_of_the_Next_World_War
(2) https://www.brookings.edu/articles/hacked-drones-and-busted-logistics-are-the-cyber-future-of-warfare/


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