Las esterilizaciones forzosas aún no han acabado en Estados Unidos

Las revelaciones sobre esterilizaciones forzosas realizadas en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Georgia rompen con una larga historia de silencio sobre las castraciones en Estados Unidos, en particular a los negros, pobres y discapacitados, y su continuidad en cárceles y prisiones hasta el día de hoy.

Kelli Dillon, una mujer que fue esterilizada en el Centro de Detención para Mujeres de California Central en Chowchilla en 2001, aparece en el documental “Belly of the Beast” (El vientre de la bestia) que narra la historia de las presas que fueron sometidas a esterilizaciones no deseadas en cárceles de California. Dillon afirma que las mujeres que están en la cárcel son “castigadas” solo por solicitar su historial clínico.

“Si comenzamos a presionar […] nos regañan y, a veces, nos ponen en aislamiento”, dice Dillon que en 2006 se convirtió en la primera sobreviviente de una esterilización forzada que inició una demanda judicial contra el Departamento Correccional de California por daños y perjuicios.

Aunque la eugenesia se vincula al III Reich, Indiana se convirtió en 1907 en el primer estado en aprobar una ley de eugenesia, que permitía la esterilización obligatoria. Entre 1907 y 1914 otros 11 estados más aprobaron una norma similar y, para 1925, el número alcanzó los 28 estados.

Al principio las leyes ponían el foco en personas ingresadas en instituciones siquiátricas. Sin embargo, con el paso del tiempo, su radio de acción se fue expandiendo a los alcohólicos, ciegos, sordomudos, epilépticos, e incluso a los criminales.

Una comisión de médicos examinaba el historial de cada persona y determinaba si debía ser castrada o no. Uno de los casos más espeluznantes fue el Carrie Buck, que ya relatamos en otra entrada.

Entre 2006 y 2010 el Departamento Penitenciario de California esterilizó a casi 150 mujeres sin autorización.

“La esterilización forzada es un genocidio”, señala la cineasta Erika Cohn, directora de la película “El vientre de la bestia”, cuya realización llevó casi una década. La película se estrena en las salas de cine el 16 de octubre y en el programa “Independent Lens” de PBS el 23 de noviembre.

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