La Tierra está reverdeciendo gracias al CO2

Una investigación publicada por la revista “Nature Climate Change” titulada “Greening the Earth and its drivers” (El reverdecimiento de la Tierra y sus motores) supone un golpe para la tesis de la progresiva desertificación del planeta. Según sus autores, lo que se está produciendo es el fenómeno contrario: un aumento de la superficie de follaje, al menos en el 25 y el 50 por ciento de las áreas vegetales de la Tierra.

El estudio añade otro golpe adicional a otra teoría muy en boga: en un 70 por ciento el reverdecimiento es debido a la fertilización con el CO2 atmosférico.

Un equipo internacional de 32 científicos pertenecientes a 24 instituciones pertenecientes a ocho países diferentes ha llevado a cabo esta investigación, que utiliza los datos proporcionados desde hace 33 años por los instrumentos Modis y AVHRR instalados en los satélites de Estados Unidos que orbitan la Tierra.

Uno de los dirigentes de la investigación, Zaichun Zhu, de la Universidad de Pekín, asegura que el reverdecimiento puede cambiar el ciclo del agua y el carbono del sistema climático.

Aunque en palabras de Ranga Myeni, de la Universidad de Boston, el reverdecimiento está frenando el cambio climático, se siente en la necesidad de explayarse ampliamente en que sus conclusiones no afectan a las tópicos convencionales sobre el calentamiento, la subida de los niveles oceánicos, el derretimiento de los los hielos, la acidificación, la pérdida de hielo del Ártico, ni las prediciones sobre el aumento de violentas tormentas tropicales.

Lo mismo ha tenido que decir Philippe Ciais, miembro del IPCC y del Laboratorio del clima y ciencias ambientales de Gif-sur-Yvette: el aumento del CO2 “no es beneficioso”.

A pesar de esas rocambolescas explicaciones, que nadie les ha pedido, las conclusiones del estudio no dejan lugar a dudas. Hace años que la FAO viene constatando que el ritmo de desforestación se ha frenado en todos los países del mundo, excepto Brasil e Indonesia, y el reverdecimiento es más importante de lo que creían los científicos.

La relación directa entre temperatura y CO2 fue descubierta en 1896 por el gran científico sueco Svante Arrhenius. Sin embargo, no es el CO2 el principal gas de efecto invernadero, sino el vapor de agua, responsable del 60 por ciento del referido efecto.

En España la NASA, a través del GISS, el Instituto Goddard de Estudios Espaciales, toma las temperaturas de 20 estaciones meteorológicas, de las que únicamente cuatro están en el medio rural. De ellas sólo la de Navacerrada cuenta con un registro histórico suficientemente amplio, que no muestra ningún aumento de la temperatura a lo largo de casi un siglo:

(*) http://www.nature.com/nclimate/journal/vaop/ncurrent/full/nclimate3004.html,
http://www.researchgate.net/publication/301598223_Greening_of_the_Earth_and_its_drivers

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