La llegada de la II República fue una operación de las élites dirigentes de este país. La huída de Alfonso XIII no es más que un mito. ¿Repetirán las élites una operación similar con Felipe VI?
Cualquiera que eche un vistazo para atrás en la Historia de España podrá ver que, en siglos y siglos, desde que el reino de Granada fuera conquistado hay un elemento que se reitera: la Monarquía. No es que en España seamos devotos del monarca. No.
Es que la monarquía es una institución indisoluble si uno piensa en la configuración de este país. Es que España no se entiende sin la monarquía. Cierto. Pero, ¿acaso una persona, puede manejar sola, los designios de un país? Evidentemente no.
Por tanto, si partimos de este planteamiento como base: la monarquía no ha sido la que ha manejado, únicamente, los designios de este país. Es decir, el monarca se rodea de un círculo de notables que aconsejan (consejeros) sobre qué medidas políticas, militares, económicas, etc.; son las más apropiadas.
¿Parecido al sistema actual, verdad? Un presidente con su Consejo de Ministros.
Pero, ¿quién pagaba las medidas de la Monarquía? ¿Quién pagaba las expediciones militares, las obras públicas, la financiación de las levas? El pueblo llano. Y no, no es una generalización1. Es que durante la Edad Moderna, se desarrolló la patrimonialización de los cargos.
El pueblo llano pagaba los gastos generados por los cargos políticos de la monarquía. Es decir, el cargo forma parte del patrimonio personal y familiar y el pueblo lo paga.
Los hijos heredan de sus padres el patrimonio, la posición y su relevancia social.
Y este hecho se ha venido reproduciendo durante siglos. Un hecho que ha permitido a la monarquía poder reproducir sus clientelas durante quinientos años. De Carlos I a Felipe VI. Del Duque de Alba a su descendiente e íntimo de “El Preparado”, Cayetano Martínez de Irujo. Las familias, las estirpes… Se reproducen.
La monarquía ha desaparecido diez años, de los últimos quinientos, de nuestra historia.
Si se trata de una constante en la Historia de España: ¿Qué pasó para que llegase la II República? Y otra pregunta, ¿pudieron los Borbones sobrevivir sin ser reyes?
- A la primera pregunta no se le puede contestar con una única causa. Sino que la marcha de Alfonso XIII obedece a una acumulación de varias: unas con mayor protagonismo que otras.
- A la segunda pregunta, aunque parezca absurda, no debería parecerlo. Porque la monarquía no sólo sobrevivió, sino que reforzó sus estructuras caducas (se desarrolló y reforzó un conglomerado empresarial: el actual IBEX-35). Es decir, cuarenta años de franquismo supusieron la Restauración de la monarquía borbónica y todas sus clientelas.
Vuelva a la primera pregunta: ¿qué narices pasó para que la monarquía se marchara?
“[…] se había firmado un pacto en San Sebastián entre republicanos, socialistas y monárquicos-católicos.
En las semanas siguientes nuestros camaradas nos iban informando que los firmantes de ese pacto basaban todos los cambios del régimen en una sublevación militar, y por eso hacían todo lo posible para evitar que hubiese huelgas o acciones de los estudiantes ni de ningún otro tipo.”2
Un pacto firmado entre varios sectores: desde todo tipo de opositores a la monarquía (socialistas, anarquistas, radicales, etc.) a miembros de la burguesía que no arriesgaron su emporio a la marcha del monarca.
“[…] el Pacto de San Sebastián favoreció de manera principal a la burguesía y de ésta, singularmente, a la derecha republicana.
El hecho de que los jefes socialistas y anarcosindicalistas, directa o indirectamente, subordinaran las masas trabajadoras a la burguesía republicana fue un acto que podría calificarse de traición y engaño a la revolución española.”3
Primero, un pacto de una oposición, aparentemente, sólida.
Después, una sublevación militar republicana (la de Jaca de 1930).
Y, posteriormente, la marcha de Alfonso XIII ante “el resultado electoral”.
Todo muy preparado, ¿no?
El movimiento republicano no sacó a Alfonso XIII. Al monarca lo sacaron sus compañeros. Le buscaron una salida digna en barco y un exilio dorado en Roma. Su familia nunca pasó miseria. Y su descendencia volvería a reinar en España cuarenta años después por decisión de un militar fascista.
Si uno valora con el tiempo, realmente no perdieron nada. Mantuvieron todo el patrimonio, tuvieron un exilio dorado, se relacionaron con la jet-set y volvieron a gobernar bajo ecos de democracia. El abuelo se marchó con fama de ladrón y su nieto volvió con fama de salvador, en tan solo 40 años. Menudo cambio, ¿no?
Quienes idearon la salida pacífica de la monarquía pensaban en su retorno. Porque no son capaces de sobrevivir sin esa inmensa maquinaria de clientelas. Y es que, quiénes facilitaron su marcha, fueron los Calvo Sotelo (ministro de Hacienda con Primo de Rivera). Los Maura que fueron ministros de Primo de Rivera y anteriormente, tanto su padre como su hermano. La burguesía catalana que financió la Dictadura (los Aunòs, los Cambó…), etc.
Casualmente, Calvo Sotelo y Maura acabaron siendo ministros de la II República.
Noventa años más tarde, el movimiento republicano sigue ausente de la escena política. Ello no quita que tenga repercusión, que sea objeto de noticia. Pero no es la causa por la que el monarca se marcharía del país.
Igual que hace quinientos años: patrimonializan el cargo. Son dueños del Estado.
Los últimos descalabros de la Monarquía vienen por las averiguaciones de medios extranjeros: no por la acción de los republicanos. Los ecos de la salida de Felipe VI no vienen por el actuar del movimiento republicano. Sino por el desfalco, el robo y la impunidad con la que saquean las arcas públicas.
Si tuviera que marcharse lo haría con un nuevo Pacto de San Sebastián. Dignamente. Firmado por los partidos del “gobierno más progresista de la Historia” que blindasen su marcha: igual que han blindado la huída de su padre4.
Lamentablemente, la República no la traerá el movimiento republicano. Como hace 90 años: la III República vendrá desde arriba. Y para que éso llegue, para que se repita ese escenario: hace falta mucha más basura sobre la monarquía.