El Aeropuerto Internacional de Tocumen, una empresa pública panameña, ha adjudicado en secreto la realización de pruebas rápidas de coronavirus a empresas privadas y la prensa local se ha puesto alerta.
Desde que el pasado 12 de octubre se abrió el aeropuerto, han llegado más de 65.000 viajeros, de los que más de 28.000 se han sometido a pruebas rápidas y obligatorias de coronavirus, a razón de 50 dólares cada una.
Las pruebas de PCR se aplican obligatoriamente a todo viajero que ingrese al país y carezca o no tenga vigente un certificado de PCR del lugar de procedencia. Desde la reapertura de la terminal las pruebas de PCR han facturado más de 1,4 millones de dólares. La pandemia es un gran negocio que, además, se mantiene confidencial porque los contratos benefician a los mismos oligarcas de siempre y hay que tapar el asunto lo mejor posible.
Una investigación de La Prensa revela (*) que varios de los laboratorios que realizan estas pruebas son empresas de reciente creación y desconocidas en el sector, cuya experiencia está muy cercana a cero porque -naturalmente- los contratos no se adjudican precisamente por su pericia.
Los viajeros del aeropuerto ya han empezado a quejarse de los falsos positivos que les amargan la vida al obligarles a permanecer en cuarentena recluidos durante 14 días en hoteles-hospitales.
Al séptimo día, el Ministerio de Sanidad debe practicar una segunda prueba. Si da negativo, el aislamiento termina.
(*) https://www.prensa.com/impresa/panorama/las-conexiones-detras-de-las-pruebas-covid-19/
https://www.prensa.com/sociedad/minsa-investigara-reportes-de-laboratorios-sin-certificacion-que-operarian-en-el-aeropuerto-de-tocumen/